Epílogo

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Nota: ¡Preparen los paños para este final!


YoonA corrió lo más rápido que la armadura le permitió, el mempo rebotando con fuerza sobre su rostro y lastimando la cortada que tenía sobre la mejilla izquierda. De alguna manera, la espada se había hecho paso a través de una de las imperceptibles aberturas del mempo y le había perforado la mejilla, que no dejaba de sangrar. Las tropas se habían dispersado del lugar, pues la estrategia de batalla consistía en empujar a las tropas enemigas fuera del terreno del reino, para así poder activar la esfera de protección nuevamente, lo que implicaría una sentencia de muerte para el ejército del Reino. Era más que obvio para todos que no sobrevivirían mientras los Oscuros los doblaran en cantidad, y caída la noche, tuviesen más energía que ellos.

YoonA se volvió para verse perseguida por dos de los hombres anteriores, los otros estando algo más apartados luchando. No sabía qué hacer y tampoco tenía otra espada, pues se le había caído con anterioridad. Intentó correr más rápido llevando el palo de madera en su mano por si acaso, pero cuando había avanzado más de un metro vio que se acercaba al epicentro de la batalla, viéndose rodeada.

—¡¿Qué clase de soldado eres?! ¡Pelea! —Rugió el hombre del mempo rojo en japonés, avanzando hacia ella a grandes zancadas. El otro traía un mempo color dorado, mucho más corpulento y amenazante.

El hombre del mempo rojo la alcanzó y disparó su espada hacia el estómago de la chica, intentando cortarla en dos. Ella se hizo hacia atrás lo suficientemente rápido para evitar ser descuartizada y se puso en posición defensiva, aunque no tuviese ninguna esperanza de sobrevivir.

—Lindo juguete—Comentó él, burlándose.

Arremetió nuevamente, con los brazos por encima de la cabeza elevando la espada. YoonA pensó rápido. Seguramente la espada golpearía su casco pero no la mataría, así que era la única opción que le quedaba. El hombre descuidó su defensa y ella recordó una vez, cuando tenía doce años y había participado en un torneo de judo. Recordaba haber descuidado su propia defensa y por eso había recibido una patada en el estómago, que la devolvió arrastrándose hasta las gradas sin poder clasificar por dos puntos.

YoonA giró el bo entre sus delgadas manos y golpeó el estómago del soldado, la espada cayendo con menos fuerza. El hombre quedó sin aire en el suelo mientras YoonA estaba tendida en éste mismo, aturdida por el golpe sonoro en su cráneo. Él podía ser muy poderoso y sobrenatural, pero seguía siendo de carne. Una risita incongruente, más un graznido, brotó desde el fondo de su garganta. Sacudió la cabeza y luchó por ponerse en pie mareada.

La chica aprovechó que el soldado estaba doblado, aún recuperando la respiración y asió la espada que este había dejado caer en el impacto. Se acercó sin intenciones de matarlo y para cuando él alzó el rostro, YoonA descargó el mango nuevamente contra su sien derecha, el hombro rodando los ojos y cayendo de bruces sobre la hierba.

—Jodido idiota...—Negó el soldado del mempo dorado, mientras se cernía más sobre YoonA.

Sus movimientos eran dóciles e imperceptibles, y cuando atacó a YoonA, ella no lo vio venir. La punta de su espada se incrustó en el hombro izquierdo de la chica y ella gritó cuando éste la retiró de un golpe, volviendo a lanzar un tajo que no se concretó, porque la chica interceptó la espada con el bo a medio camino; la espada rebanando el palo de madera como si se tratase de espuma. El hombre enfurecido atacó nuevamente, pero se detuvo cuando el destello de una espada lo atravesó por la mitad desde su espalda, retirándose con la misma fuerza. Se tambaleó mientras se giraba para mirar a la rubia frente a él, consternado. Hizo amago de lanzar su espada contra ella, pero sus pobres reflejos tampoco vieron el siguiente tajo que le hizo Hyoyeon. Cayó de rodillas y se arrastró un par de metros antes de colapsar con los ojos abiertos.

Dark Angel ➸ (TaeNy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora