Uno

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La había visto un par de veces, no lo sabía. Había perdido la cuenta hace mucho tiempo atrás. Habían sido muchas las noches intentando dormir después de eso, de esa pesadilla que al fin y al cabo... ¿cómo se le llama a una pesadilla que te gusta? No había un nombre, ni siquiera una señal de que ella existiera, pero la chica creía fielmente en su existencia. Su cabello caía desordenado un poco más abajo de sus hombros, su piel blanca, casi como la nieve, poseía algo que le atraía; su sonrisa brillante, sus ojos hipnotizadores... la hacían sentir completamente perdida y...

—¡¿TAEYEON?!

—Dios, mamá, no grites—Pidió la chica, bajando las escaleras.

—Lo siento, es que no pensé que estuvieses despierta a esta hora.

—Pues como ves, lo estoy—respondió de malhumor.

Su madre, Megumi, puso el plato con el desayuno sobre la mesa, pero antes de que Taeyeon pudiese probar el primer bocado, se aclaró la garganta llamando su atención.

—¿Estás bien hija? Te ves muy cansada y últimamente duermes menos de lo normal. Sabes que si pasa algo puedes contármelo—le recordó con voz comprensiva.

—No pasa nada, mamá. Solo que han dejado mucho trabajo en la escuela— Mintió—ya sabes que el trimestre está a punto de terminar.

—Bien... —Respondió no muy convencida—pero si sucede cualquier cosa, no dudes en contarme.

Taeyeon murmuró un sí sin mucho ánimo y terminó su desayuno. Subió a la habitación por su mochila, bajo el presentimiento de que algo importante pasaría ese día. Sacudió la cabeza, negando, y bajó nuevamente para despedirse de su madre.

—Mamá, solo serán un par de semanas, ya te has ido de viaje antes.

—Lo sé, hija, pero me preocupo por ti—suspiró, dejando ir a su hija por fin del abrazo—dejé el dinero sobre la mesa y si por alguna razón necesitas más busca en uno de mis cajones o en el armario.

—Mamá, relájate. Te irás un par de semanas, como siempre, volverás y yo seguiré en la misma posición en el sofá con doscientas cajas de pizza en el suelo, ¿bien?

—Hija, perdóname por no pasar tanto tiempo contigo debido a mi trabajo—comenzó, siendo silenciada por la rubia.

—Mamá, ya hemos hablado de esto. Tú eres una grandiosa guía turística y no permitiré que tus clientes se priven de eso. Además tienes un sueldo decente que no quiero que pierdas a causa mía—le recordó—ahora vete que perderás el vuelo y no llegarás a tiempo para tu fabuloso crucero por Asia.

Su madre volvió a abrazarla, esta vez más fuerte y casi podía jurar que se pondría a llorar en su hombro. Se separó cuando la bocina del taxi que había llamado minutos atrás rechinaba en el porche.

—Bien, ha llegado la hora de volar, pajarito—anunció Taeyeon dramáticamente, diciendo adiós y viendo a su madre partir.

Camino a la escuela sintió que alguien le observaba, así que apresuró el paso. Llevaba sintiendo que la seguían desde hacía ya tiempo atrás, poco después de que las pesadillas habían empezado. Intentaba no prestarle mucha atención, porque seguro eran cosas de su imaginación.

—¡Hey, Tae!—La voz de su mejor amiga sonó a sus espaldas.

¿Qué? Quiso gritarle, pero prefirió guardárselo para sí.

—Lo siento, no quise burlarme—Intentó nuevamente su amiga Yuri, avanzando tras ella—no te enojes, es sólo que es algo imposible lo que me dices.

Dark Angel ➸ (TaeNy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora