Tiempo - Izaya

839 115 1
                                    

El tiempo parecía pasar cada vez más lento. Shizuo no hizo ningún movimiento para entrar en mis pantalones y se comportó como todo un caballero. Lo que me hizo ser totalmente consiente de él.

A pesar de ser muy brusco, salvaje e idiota, podía comportarse, incluso, refrenarse a sí mismo, para no hacerme daño. Y yo, contrario a lo que siempre pensé de mí mismo, me volví impaciente.

No me bastaba estar junto a él. Tomar su mano, besarlo. Necesitaba más y más. Estar más cerca, sentir sus manos recorrer mi piel, sentir su cuerpo apretado junto al mío.

El tiempo parecía estar jugando en nuestra contra, envolviendo mi cabeza en lo que pasaría cuando al fin pudiera sacarme las vendas. Cuando mi cuerpo estuviese total y completamente recuperado.

Muchas preguntas asaltaban mi cabeza en medio de la noche. Los días en la casa de Shizuo son maravillosos. A pesar de que no nos vemos mucho. Y con mi estado, yo no puedo moverme casi a ningún lugar.

Las tranquilas noches durmiendo juntos. Viendo su rostro relajado, con un brazo envolviendo mi cuerpo. Su pecho pegado a mi espalda, sus piernas enredadas con las mías. Sintiendo su aliento en contra de mi cuello, en mi cabello. Sintiéndolo a él contra cada parte de mi.

Sin embargo, no lo suficientemente cerca. Sin poder sentir su piel desnuda contra la mía.

Y la espera volviéndose eterna.

¿Cómo será Shizuo como amante? ¿Será salvaje como lo era cuando "jugábamos"? O ¿será tranquilo y suave, como se ha comportado últimamente? O ¿será una mezcla de ambos?

Los pensamientos dan vueltas y vueltas en mi cabeza, haciendo que mi cuerpo arda, y partes de mi, de las que no tengo control, se levanten dispuestas a tomar el control.

Un movimiento de Shizuo a mi espalda, hace que de un respingo. Mi cara parece calentarse, y encenderse como un árbol de Navidad, cuando me doy cuenta de lo excitado que estaba pensando en cómo sería entre nosotros.

La mano de Shizuo se desliza por mi abdomen, y lentamente se arrastra hasta la parte delantera de mi pijama, donde hace algunos segundos comenzó a aparecer una tienda de campaña.

Sin intención, el roce de su mano, contra mi cuerpo sensible y caliente, hace que alce mis caderas al encuentro de su toque. Ese movimiento haciendo salir de entre mis labios un quejido de dolor, alertando a Shizuo.

—¿Qué pasó? ¿te estaba abrazando muy fuerte?

Suelto un suspiro, mi erección muriendo por causa del dolor, incluso antes de estar completa.

—No es nada, Shizu-chan. Fue solo un sobresalto.

Shizuo suelta un suspiro de alivio, y se acomoda en mi contra. Y yo, frustrado y adolorido, intentó conciliar el sueño una vez más.

Shizaya - Cuando Te Atrape [Extras]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora