Shizaya - Cuando Te Atrape [Extras]

Ahora sí - Shizuo

Despierto en un callejón oscuro de Ikebukuro, sangrando, y con un terrible dolor de cabeza.

Siento como el aire pasa a través de un agujero en mi abdomen. Esa maldita pulga. Es divertido. Pero irritante.

No puedo levantarme. Mi cerebro está aturdido, y no estoy seguro de si es por el golpe de cuando me desmayé, por la pérdida de sangre, por la mierda de hormonas, o por el beso que pude darle a Izaya. Y que él respondió. Sonrío al recordar cómo sus labios se ajustaron a los míos, cómo abrió su boca, permitiendo la entrada a mi lengua en esa caverna húmeda y dulce.

El pensamiento es un poco inquietante, y mi piel se estremece levemente. Aún siento el calor de sus labios contra los míos, el sabor de su lengua en mi boca. Y todo es tan erótico. Todo él.

Pienso en él, aún acostado en el maldito callejón oscuro. Tan orgulloso de ser él, tan malditamente irritante. Tan atractivo y a la vez exasperante. Pero me atrae a él. A seguirlo en sus estúpidos juegos. Y eso es tan irritante. Pero él es tan atractivo. Tan atractivo que me irrita.

Un suspiro se escapa entre mis labios, y el movimiento me hace gemir. Aún tengo este maldito agujero en mi estómago por su culpa.

La trampa salió bien. Nunca la vió venir. Una sonrisa aparece en mis labios, y luego una carcajada, llena de dolor sale de mi garganta.

Izaya es tan divertido. Pero tan irritante. Y tan atractivo, que resulta irritante.

Me levanto del suelo mientras pienso en él. Todo lo que hago me hace pensar en él. Maldita pulga irritante.

El callejón oscuro sólo hace que lo recuerde aún con más fuerza. Su cabello oscuro, y su mirada oscura, a pesar de que sus ojos no lo son. Esa mirada llena de oscuridad, como si supiera el secreto del universo y de la vida.

El agujero en mi abdomen hace que caminar sea difícil, a pesar de que puedo moverme.

Sé que Izaya ya escapó a esconderse en su maldito edificio. Y sé que piensa que no me acercaré a su lugar por hoy.

Una sonrisa aparece en mis labios mientras un plan llena mi mente. Sé como hacerlo salir de su escondite, y se como traerlo exactamente al lugar en el que lo quiero.

Tardaré tiempo en llevarlo, y cuando lo haga, llegará por su propio deseo. Llegará directo a mis brazos, y en algún momento, irá a mi cama.

Atravieso rápidamente la ciudad, y me dirijo al lugar de Shinra. Sé que él podrá reparar el maldito agujero, y lograr que dejé de pasar aire a través de él.

Estoy irritado. Estoy adolorido. Estoy cansado. Pero sonrío. Maldito Izaya y sus malditos juegos. Y sus malditos dulces labios, que aún puedo sentir entre los míos.

Izaya, ahora tendrás que esperar a que vaya por ti. Y esta vez la persecución será a mi favor. Esto sólo acaba de comenzar. Ahora sí.