Capitulo 10

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- ¿Que sucede papa?, ¿ Porque me dices eso? Estoy muy asustado. Dije mientras casi me orinaba en los pantalones.
-Ve al sótano, allí tengo un hacha trae la por favor, rápido!!!

Corrí hacia él sótano rápidamente pero no encontraba él hacha de mi padre, encendí él foco y logre verla detrás de unas cajas, la tomé y se la lleve. En cuanto subí me di cuenta que la puerta tenía un gran agujero en medio y personas trataban de entrar.

- Rápido, dámela rápido!!. Dijo mientras los golpeaba con un tubo.

Tomo la hacha y corto sus brazos de una pasada, fue una escena perturbadora para mi. Ver toda esa sangre en él piso y ese salvajismo de mi papá que nunca había visto. De repente él ruido de los vidrios quebrándose reinó en la sala, papa miró hacia la ventana, levantó su hacha y atacó a la primera persona que vio. Al ver que eran muchos me tomo de la mano, me llevó al sótano.

-Quédate aquí, prométeme que no abrirás esa puerta por nada del mundo...
-No! No papa, por favor, quédate conmigo. Dije con lágrimas en los ojos.
-Tengo que detenerlos pequeño. Dijo mientras sus manos estaban mis hombros. Pase lo que pase, quiero que te cuides mucho y que siempre protejas a las personas que amas sin importar nada.

-No te vayas papa yo te amo. Continúe llorando mientras lo abrazaba.

Se escuchó que la puerta empezaba a abrirse y me dijo.

-Es por eso que debo hacerlo hijo. Con lágrimas en los ojos, tomo su hacha y cerró la puerta del sótano. Solo pude escuchar golpes y..

  Y ruidos. Me escondí dentro del cuarto de herramientas y de un momento a otro escuche los gritos de mi papa y sabia que había terminado, sentí un hueco en mi pecho. Desperté llorando y entonces tome mi libreta y escribí lo que había soñado esta vez había sido mas doloroso.  

Desperté en la misma habitación de siempre pero se sentía extraño, la iluminación y él espacio entre las cosas era cada vez menor. Perseguido por él miedo me prepare para salir, él silencio reinaba una vez más.

Hace dos días soñé con mi madre y mi antiguo hogar. Ella se encontraba en la cocina preparando los sándwich que tanto me gustaban de niño, sin orilla y con mucho queso. Mientras ella lo preparaba, yo hacia mi tarea y papá se arreglaba su corbata para su trabajo. Siempre había querido que me enseñara a hacerlo pero él siempre me decía:

"Eres muy pequeño aun hijo, pronto lo sabrás y ya me lo agradecerás". Mientras me acariciaba él cabello.

Almorcé y me despedí de mi madre con un beso en la mejilla y un gran abrazo. A pesar de los demás, ellos eran la única razón por la cual yo podía sonreír y agradecer de estar vivo. Antes de irme, salí al patio donde los árboles y las plantas de mi madre conformaban él ambiente, mi bicicleta se encontraba encadenada en él fondo a un lado de la pequeña casa donde descansaba mi perro, lástima que él ya no se encuentre aquí. Puse mi mano sobre la casa, salió una lágrima y tomé mi bicicleta.

Al salir de la casa recorría mi pasado, él cual me atormentaba desde aquel accidente con mi amigo. Recordaba como u que empezó todo, las noticias, las personas saqueando tiendas, las muertes... sobre todo esta última. Cuando llegue al santuario de las burlas e injusticias, busqué entre los escombros y los salones cosas útiles pero él intento fue en vano. Lo único que logre rescatar fue una mochila descosida y unas cuantas playeras rotas.

Ya agotado me decidí a continuar en otro lugar, pero como las cosas no podían ser tranquilas, se escuchó un par de motocicletas cerca del lugar. Busqué un escondite rápido, veía como llegaron cerca de cinco hombres en su mayoría con armas blancas. Sólo uno tenia una pistola, quien al parecer, era él líder de ese grupo. Me encontraba en la recepción de la escuela, escuché como entraron dos de ellos, uno entró a la puerta que estaba al final del pasillo y él otro se acercan cada vez mas a mi.

Lo único que podía salvarme era él cuchillo al que lo afilaba todas las noches frente a la fogata mientras vigilaba la ventana. Cauteloso lo tome de la boca y corte su cuello mientras lo bajaba poco a poco y lo escondía detrás de un baúl. Era rara la vez que tenia que atacar a alguien, pero si era necesario lo haría sin pensarlo aunque esto no me guste. Escuchaba como buscaba en cada habitación así que aproveché para intentar escapar antes de que se dieran cuenta de su amigo. Tome su hacha y salí del lugar con la mochila, la cual ya solo tenia un par de latas y un poco de carne seca. Mientras me dirigía al refugio encontré un cuerpo, lo revisé y tenía una carta la cual tenia una firma bastante extraña.

"Querida Ilen, lamento mucho él no poder haberte escrito la semana pasada pero desde que mi padre esta en él hospital no me he despegado de él. En cuanto se recuperé volare a Yucatan y podré contarte sobre él laboratorio."

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2018 ⏰

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