1.Bestial Fanfic nuevas especies [COMPLETA][Reeditada]

Capitulo 2

-Le llevaré con uno de los consejales para que resuelva su problema - dijo, acompañándola hasta su coche - Diríjase a la entrada norte, daré aviso de su llegada y el motivo de su visita.

-Gracias - respondió con voz suave, sintiéndose completamente fascinada por el macho - que tengas un buen día.

Snow la vio alejarse y tomó su radio. Jaded sonrió desde su posición, era la primera vez que veían al macho retroceder ante una humana, y eso les causaba diversión. Se acercó a Snow y le golpeó en el brazo. Snow lo miró con los ojos entrecerrados mientras terminaba de dar las instrucciones a Flame.

-¿Qué? - gruñó tras guardar la radio.

-Vaya carácter tiene la humana - le respondió mientras le guiñaba un ojo - quedó fascinada.

-No creo eso - le respondió, rascándose la nuca - ella parecía confundida, pero no fascinada.

-Qué poco sabes de las hembras humanas - le dijo alejándose - ella podría estar enfadada porque no la dejamos pasar, pero tú la impresionaste, amigo.

Snow sonrió mientras miraba en la dirección por la que Luna se había ido y se preguntó si la hembra realmente estaba interesada en él. Tenía unos ojos preciosos, recordó mientras se ponía el casco de nuevo, unos ojos muy bonitos.

Luna detuvo el coche en la entrada, varios guardias la esperaban, la consideraban una amenaza, aunque no entendía por qué exactamente, y se abstuvo de preguntar. Uno de ellos, Flame North, con cabello oscuro y ojos azules profundos que parecían reflejar el mar, se acercó.

-Luna Capell - dijo con un tono de voz firme y seguro mientras le extendía la mano - Soy Flame North, uno de los consejeros de la Reserva ONE. Hemos sido notificados de su problema y hemos llamado a la persona encargada de la adquisición de los terrenos.

Caminaron hacia la entrada principal de la Reserva ONE, y mientras avanzaban, Flame le explicaba en detalle la situación que rodeaba el problema de Luna. Su presencia inspiraba respeto y autoridad. Los altos pilares de la entrada y la robusta puerta de hierro macizo les daban la bienvenida a la reserva, mientras los cantos de aves resonaban en lo alto de los árboles y el susurro del viento entre las hojas llenaba el ambiente con una sensación de misterio y serenidad.

-Una de nuestras mujeres procederá a cachearte antes de que entres, es un procedimiento estándar - le informó Flame, mientras seguían avanzando hacia el interior de la reserva.

Ella asintió, manteniendo a su fiel compañera, Dakota, cerca de su lado, alerta ante cualquier cambio. Mientras avanzaban hacia la entrada, una mujer alta con rasgos felinos y expresión seria se acercó.

-Kit, por favor, cacheala - ordenó Flame.

La mujer avanzó, pero un gruñido amenazante de Dakota la detuvo de inmediato. La perra tomó una postura defensiva, mostrando sus afilados dientes. Luna se mordió el labio, sintiendo la tensión en el ambiente.

-Maldición - susurró Luna, cogiendo el collar de Dakota. - Dakota, al pie. - Tiró fuertemente hacia atrás hasta que la perra retrocedió a su lado. Dakota miró fijamente a la mujer y gruñó en desaprobación. Luna decidió intervenir antes de que la situación se volviera más tensa. - "Perdónala, cariño, no es buena," se dirigió a su perra. Dakota movió las orejas en respuesta al reproche y se tumbó a los pies de su dueña.

Luna miró a Kit con desaprobación. La mujer respondió altivamente.

-¿Qué has dicho? - preguntó Luna, frunciendo el ceño.

-Que es estúpida - respondió la felina altivamente - eso es lo que he dicho. ¿Tienes algún problema con eso, humana?

Luna se sintió furiosa, pero decidió mantener la calma y mostrar su determinación.

-Sí, lo tengo - soltó el collar de la perra. - Dakota, al pie. - Dakota se movió en respuesta a la orden y se colocó junto a Luna. - A la garganta, cariño, adelante.

La perra obedeció al comando y corrió hacia Kit, concretamente hacia su garganta. Kit se agachó, preparada para contraatacar, cuando otra orden salió de la garganta de Luna. La perra se detuvo a escasos centímetros de la cara de la especie, gruñendo profundamente y retrocediendo para volver junto a su dueña.

-Créeme, ella no es estúpida - dijo Luna, mirando a Kit con altivez - sin embargo, tú sí lo eres. - Kit se puso de pie y dio un paso amenazante hacia Luna - y suicida, por lo que parece.

El ambiente estaba cargado de tensión, y Luna estaba decidida a defender a su perra sin importar las consecuencias.