El silencio cortaba el aire, lleno de tensión, y estaba claro que tanto Luna como Bestial se sentían incómodos compartiendo la casa que ambos consideraban suya. A pesar de esa incomodidad, era una decisión lógica y necesaria.
"Ya hemos llegado", dijo Bestial, rompiendo el silencio.
"Lo sé", respondió Luna con frialdad. "Es mi casa, ¿recuerdas?"
Sin decir más, Luna salió del coche y se dirigió hacia la casa, su perra la siguió a pocos pasos. Era curioso cómo la humana mostraba tanta territorialidad, mientras que la perra era más afable.
Bestial se quedó de pie en la puerta, observando a Luna mientras tocaba suavemente una foto en la repisa de la entrada. Reconoció la imagen y se sorprendió ante la dulzura de la sonrisa de Luna y la ternura de su mirada. Cuando ella se dio cuenta de que la observaba, se tensó, dejando la foto en su lugar.
"No has cambiado nada de sitio", dijo Luna sorpendia con el macho.
"No me pareció correcto", respondió Bestial, pero se abstuvo de añadir que también sentía que no pertenecía a ese lugar.
"Me alegra", añadió con una sonrisa forzada. "No me hubiera gustado tener que volver a poner todo en su sitio."
Bestial guardó silencio, pero la sensación familiar que sentía en su pecho creció al encontrarse con la mirada de Luna.
"Me gustaba la decoración", dijo mirándola a los ojos, y Luna pudo sentir esa conexión crecer en su interior. "Me quedaré en el sofá."
"Aquí hay una habitación de invitados", dijo Luna antes de darse cuenta de lo que había sugerido. "La cama es grande."
Luna lo miró, y Bestial evitó mencionar que era la cama en la que dormía. Las otras habitaciones tenían un toque que no le gustaba, como si la casa hubiera decidido que piezas tenian vida.
"De acuerdo", dijo Bestial, y se dirigió a la cocina. "No he comido, así que prepararé algo."
"Subiré a ducharme entonces", anunció Luna mientras subía las escaleras. Sin embargo, un gruñido de Dakota la detuvo en seco. La perra había seguido a Bestial a la cocina y olió algo extraño. Luna bajó la mirada y vio un sujetador en la boca de Dakota.
"¿Qué sucede, cherie?" preguntó Luna mientras observaba la prenda en la boca de la perra.
La perra asintió con entusiasmo y soltó un pequeño gruñido. Acto seguido, se dirigió a la cocina, donde Bestial había estado preparando su comida. Con cuidado, Luna recogió la prenda, y a pesar de la extraña situación, una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.
"Deja que adivine", murmuró. "Una felina, ¿verdad?"
Bestial miró el sujetador, luego a la perra y, finalmente, a Luna. Podía jurar que se sonrojó ligeramente.
"Sí, se lo devolveré a su dueña", respondió estoico y un poco avergonzado mientras se acercaba a Luna. Extendió su mano hacia ella, pero Luna dio un paso atrás, su rostro mostrando una mezcla de miedo y desconfianza.
"No te haré daño", dijo Bestial, levantando una mano hacia el rostro de Luna. A pesar de su gesto amistoso, ella dio otro paso hacia atrás y sacudió la cabeza.
"Lo sé", respondió con cautela. "Es solo que no me gusta el contacto físico con otras personas. Iré a ducharme. Si puedes prepararme algo de comer, asegúrate de que sea pescado. Soy vegetariana."
Antes de que Luna se dirigiera a las escaleras, Bestial la detuvo con su voz ronca y llena de seriedad.
"Luna", la llamó. Ella se detuvo, y sus miradas se encontraron. "No soy como vuestros machos. Jamás haría daño a una hembra. Nunca, Luna. No se te olvide."
La mirada de Luna se mantuvo en la de Bestial por un momento, y a pesar de su distanciamiento, hubo algo en la mirada de Bestial que la hizo asentir en silencio. Sin decir una palabra más, Luna subió las escaleras y desapareció de su vista, dejando a Bestial en la cocina.
El macho suspiró y se giró para continuar con la comida. A pesar de la tensión inicial, sabía que tendría que encontrar la manera de convivir con Luna en esa casa que ambos consideraban suya. Mientras cocinaba, no pudo evitar pensar en la misteriosa Luna y su conexión con esa casa. Había algo en ella que lo intrigaba, algo que iba más allá de su actitud distante, su olor estaba teñido de dolor y miedo, lo cual le dejaba un sabor amargo en la boca.
Después de preparar la cena, Bestial se sentó a la mesa y esperó a que Luna bajara de su ducha. La perra Dakota, que había estado siguiéndolo, se acomodó a sus pies mientras observaba la puerta de la escalera, esperando la aparición de su dueña.
El tiempo pasaba lentamente, y la casa se llenó de un silencio incómodo. Mientras esperaba, Bestial reflexionó sobre la situación en la que se encontraba. Había llegado a la casa de Luna sin saber qué esperar, pero estaba decidido a cumplir su misión y proteger a esa pequeña humana el tiempo que fuera necesario.
Finalmente, Luna bajó las escaleras y se dirigió a la cocina. A pesar de su actitud distante, Bestial notó un pequeño destello de curiosidad en sus ojos. Era un destello que le daba esperanzas de que, con el tiempo, podrían llegar a entenderse.
Los dos compartieron la cena en silencio, y aunque la tensión seguía presente, era evidente que estaban tratando de encontrar su lugar en esa nueva dinámica. Bestial no sabía qué le depararía el futuro en esa casa, pero estaba decidido a hacer todo lo que estuviera en su poder para que todo saliera bien.
Después de la cena, Luna se retiró a su habitación, y Bestial se quedó en la cocina, recogiendo los platos y pensando en lo que vendría a continuación. La noche envolvía la casa, y la quietud del bosque se dejaba sentir en cada rincón. A pesar de la distancia inicial entre ellos, una conexión incipiente comenzaba a surgir en medio de la tensión.
Bestial sabía que su presencia en la casa de Luna no sería fácil,que ella no estaba para nada contenta con esa situacion, pero le sorprendio lo rapido que la pequeña humana se habia adaptado a la idea de compartir casa. Mientras se sumía en sus pensamientos, la noche avanzaba, y el bosque susurraba secretos que solo aquellos dispuestos a escuchar podrían descubrir.
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1.Bestial Fanfic nuevas especies [COMPLETA][Reeditada]
FanfictionLuna Capolli es una adiestradora de perros de renombre, siempre acompañada por su leal compañera canina, Dakota, una gigantesca perra-lobo rescatada de un refugio. A lo largo del año, Luna viaja constantemente, pero siempre regresa a su hogar en la...