Capítulo I

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—Amo a Julia, aunque siempre obtiene todo lo que quiere sin necesidad de pedirlo, es mi hermana menor y eso no cambia las cosas.

—¿Por qué dices que ella lo obtiene todo?— dice Gaby dirigiéndose a mi con una mirada desconcertada.

—Desde que llegó a la familia obtuvo el amor de mi padre y de todos los que la conocían, en cambio yo quedé en segundo plano. Supongo que es normal cuando eres la hermana mayor.

Nunca tuve una buena relación con mi hermana Julia, desde que se ha convertido en una adolescente, próximamente tendrá 16 años, su personalidad de chica caprichosa ha salido a la luz, es completamente diferente a mí. Soy bastante reservada, no tengo amigos, a excepción de Gaby. Pero Julia, es extrovertida, todos en la escuela quieren ser sus amigos, los chicos parecen amarla y desearla; si no fuera por mi novio, eso me haría sentir más insegura de lo que soy.

Desde pequeña ella ha tenido las mejores virtudes físicas que pudo heredar de mis padres. Es de cuerpo delgado, alta, cintura pequeña, lindos glúteos y pechos que hasta podrían parecer falsos, aunque obviamente no lo son. Yo en cambio soy un poco más baja que ella, soy delgada pero no tengo ni glúteos ni busto voluminoso, la ropa siempre fue un problema para mi, no logro sentirme cómoda en nada de lo que tengo en mi clóset.

Algo que puedo admitir es que Julia siempre me consolaba cuando tenía crisis de autoestima, han sido esas ocasiones en las que la he sentido como una hermana de verdad. Aunque para ser sincera, Gaby se comporta más como una hermana que Julia. Gaby es una chica comprensiva, siempre está cuando la necesito y desde que tengo memoria ha estado en mi vida, aunque no recuerdo cómo nos conocimos, para mi no tiene importancia. Ella es igual de bonita a Julia, tiene cabello oscuro ondulado, es morena, alta y con un cuerpo delgado y bastante bonito; pero su personalidad es como la mía, es reservada y solo me tiene a mí.

Gaby y yo tenemos un lugar especial, el parque que queda a unas cuadras de mi casa, la mayor parte del tiempo nos encontramos acá para hablar sobre nuestras vidas y desahogar lo que tanto nos atormenta. Aunque parece ser que siempre soy yo la que habla, ella solo escucha y también me gusta eso de ella.

—Debo ir a casa ahora, parece ser que está oscureciendo y no quiero llegar tarde a casa y preocupar a mi papá— le digo a mi amiga después de hablar por horas de mi novio y mi familia.

—Recuerda buscarme por si necesitas hablar, me cuentas si llegas bien a casa— responde.

Camino por las calles y la ciudad parece vacía desde este punto, me gusta el silencio que se percibe. Nada perturba mi mente y mi cabeza hasta que entro por la puerta de mi casa. Se escuchan los habituales gritos de mi padre por el teléfono, aunque no nos cuente nada hemos deducido en varias ocasiones que discute con sus compañeros de trabajo, con los del banco que al parecer les debe dinero, con mis tíos y/o abuelos. Ha discutido con todo su círculo social que ya no logramos acertar con quien discute cada día.

Su comportamiento cambio desde hace un par de meses, dejó de ser el padre atento que era, aunque no lo culpo, desde que mi madre falleció cuando dio a luz a Julia mi padre ha tenido que cargar con todo solo, tuvo que criar a dos niñas, trabajar, encargarse del hogar y resolver los problemas que sus hijas le han llegado a causar. Nunca nos ha culpado ni ha hecho sentir mal por lo que hicimos.

Apenas y tiene 40 años, desearía que encuentre a una mujer a la que pueda amar, abrir una nueva oportunidad con alguien que pueda apoyarlo y que también necesite del apoyo de él. Está joven aún y atractivo a pesar del cansancio de los años que se le empiezan a notar en las manos y en sus ojeras. Actualmente trabaja en una constructora donde lo llaman solo cuando lo necesitan, en ocasiones  pasan semanas en las que no tiene trabajos para realizar y es ahí cuando empieza a sentirse desesperado por la falta de dinero.

¿Dónde está mi hermana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora