Stay - Novela Laliter.

Epilogo Alternativo.

Ni siquiera sé si esta historia sigue en sus bibliotecas pero quiero decirles lo mucho que me gusto esta historia y sé que es cruel la manera en la que lo termine y explique el porque.
Hoy a casi un año decidí hacer un final alternativo dándole la otra cara a todo esto. Repito, no sé si todavía está historia sigue en sus bibliotecas pero espero que los que la lean puedan sentirse un poco mejor con este final.
Sin más que decir.
Disfrútenlo.

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Lali

Recuerdo muy poco de lo que pasó antes del accidente, pero eso no importa. Al parecer, mi vida es bastante accidentada. Me estoy mirando en el espejo mientras arreglo el velo de mi vestido de novia, es ajustado al cuerpo y de encaje beige con blanco.

Llego el gran día.

Miro todo a mi alrededor y me doy cuenta lo mucho que me costó estar aquí. Mi familia, mis amigos, Sebastián, Mario y Peter, Peter que entre el dolor de ambos nos convertimos en el pegamento del otro para curar las heridas. Veo los rayos del sol entrar por la ventanilla de la iglesia justo donde me estoy cambiando, lo más difícil de todo este camino no fue perder a Sebastian o perder la memoria, fue aprender a perdonar, a perdonar a Mario, a mi familia, a Peter, perdonarme a mí y encontrarme, encontrar una Lali que no solo llego para quedarse sino para enseñarle a la antigua Lali que sí se puede aprender a ser mejor cada día de los obstáculos que la vida nos impone.

La puerta suena sacándome de mi trance y escucho la delicada voz de Euge del otro lado. — Querida si no sales ahora, Peter va a creer que lo dejaste plantado.

Me río porque ningún poder sobre este mundo haría que deje a Peter plantado hoy. Me colocó sobre mis tacones de punta y caminó hasta la puerta abriéndola encontrándome con la mirada sorprendida de Eugenia que también está hermosa.

— ¡wow! –Dice.

—Vamos se hace tarde. –Le guiñó el ojo y ella se ríe.

—Peter se va a morir cuando te vea. –Se ríe y camina rápidamente a mi lado.— Tú papá te espera.

Asiento lentamente y una vez que estoy en la parte de afuera de la iglesia divisó a mi padre un poco nervioso caminando de un lado para el otro, lleva un smoking con un lazo en su cuello color negro. Su mirada se consigue con la mía. Después de la pelea que tuvimos hace un tiempo y del accidente él me pidió perdón, el lloro pidiéndome perdón. El corazón se me hace chiquito todavía de acordarme, es increíble. Recuerdo que de chiquita pensaba que mi Padre era una especie de súper héroe pero cuando crecí me di cuenta que solo era un machista acostumbrado a que las mujeres a su alrededor hicieran lo que a él se le antoje. Después de mi accidente, algo cambio en él, no recordaba mucho que había pasado pero él me lo contó, el hecho de tratarme de mala madre, de que tomaba mal mis decisiones... Recuerdo el dolor, es lo único que recuerdo y sus lágrimas cayendo sobre mí pidiéndome disculpas, pidiéndome que lo perdonara.

Lo dude, realmente lo dude pero lo hice.

No podía no perdonarlo. El sobrevivir al accidente y a todo lo que siguió después solo me enseñó que tenía que darle una oportunidad a una nueva vida, estaba comenzando a vivir de nuevo, era empezar desde cero y para eso tenía que perdonar. Eugenia me dejo y entro en la iglesia mientras las campañas comenzaban a sonar y el coro de ave María abrazaba a todos ahí dentro. Carlos me mira, sus ojos se llenan de agua y antes de llegar a él su mano tapa su boca como si no pudiera creer lo que ve.