Stay - Novela Laliter.

Stay - Capitulo 6 (Sebastian Casas)

Hola... Bueno como les dije que sería por capítulos (como los libros aunque es mucho creer que esto es un libro ajaja es cualquiera de hecho) aquí esta #SebastianCasas para que entiendan un poquito más la historia es como si fuera un flashback de lo que paso, espero les gusté ❤️ saludos allyouneedista

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Sebastian Casas…

Capitulo 6

 

Hace casi un año llego lo más hermoso a nuestras vidas, Sebastián once meses, cabello castaño como su madre y la sonrisa de su padre. Supongo que la vida no podía ser mejor, teniéndolo a el.

 

—Hermosa, ¿Sebas va mañana a la guardería?

—Si mi amor. –Bese su mejilla para saludarlo, el es Mario Casas… mi novio. Casi Esposo

 

Nos conocimos hace 6 años, hace 3 vivimos juntos y hace un año nos comprometimos. El es actor, boxeador atleta por donde lo veas, ama todos los deportes habidos y por haber. Si, es un caño. Alto, cabello negro, ojos marrones. Sonrisa perfecta, muy perfecta… si algo de todo el me podía era que me sonriera. Lo hacía y no necesitaba más nada.

 

—Entonces, tenemos un tiempito a solas tú y yo. —Dijo mientras rodeaba mi cintura con sus brazos.

 

—Tenemos que hablar todavía sobre el viaje Mario. –Dije y enseguida su expresión se torno tensa.

 

—Sabes que tu familia no me quiere, ¿Queréis ir? Perfecto, te acompaño, pero no me pidas que me presente contigo y no tengo ganas de que lo conozcan tampoco.

—Mario…

—¡No, Lali! Ellos nos desearon el mal. No creo que Sebastián cambie las cosas, mientras no se metan con él ni contigo, las cosas van a estar bien. –Beso mis labios y se retiro.

 

Las cosas no eran fáciles. Yo no me podía olvidar de mi familia, por más que nos hayan lastimado, es mi familia. Además de que creo que Sebastián tiene el poder de cambiar las cosas, el es pura luz y sé que a mis padres les va hacer bien estar cerca de él.

 

Tenía que ir a buscar a Sebas a la guardería, Mario se había ido a grabar la película que estaba haciendo. La verdad es que es una locura como todo de repente nos dio vuelta para bien. No podemos estar mejor, sé que si de repente un día las cosas se llegan a pintar grises los tengo a ellos dos y nada más me va a faltar.

 

—¡Lali! –Dijo Paula, una de las pocas amigas que tenía en España, no es que no tuviera, solo que las demás estaban más pendientes de quitarme a Mario que en ser mis amigas. —¿Cómo estas?

—Pau, ¡Que lindo verte! Estoy bien, gracias. ¿Tu? ¿Alicia? –Alicia era su hija, venia a la guardería con Sebastián y estaban acostumbrado a verse desde pequeños. A ella tenía dos meses sin verla porque estaba de luna de miel con su esposo, amigo de Mario también, por eso me saludo de esa manera al verme.