Tengo que coger un vuelo en tres horas.
No tengo ganas ninguna de volver al trabajo.
Estos días libres me han sentado de lujo, los necesitaba.Y bueno... no quiero dejar Nueva York todavía.
Supongo que por eso estoy de nuevo en C&B.
Este viaje va a ser largo, y voy a echar de menos los cafés recién hechos de Roger. O las charlas sobre la vida de Mailenne.Ah, y sus típicos "más te vale comer bien, porque como me entere..."
Son como mis segundos padres.
Me está dando pena hasta terminarme el café. Pero como pida otro, no voy a dormir en años.
Me gusta mucho la tranquilidad de C&B por las noches.
Hoy hay un señor mayor cenando tranquilamente en la barra, pero nadie más.
Y él no habla demasiado, así que no es molesto.
Llevo un buen rato con la sensación de que alguien me observa, y antes he oído la campanita de la puerta.
Quizás sea un fan.
No lo sé, tampoco he levantado la vista para comprobarlo. Ni quiero hacerlo.Estoy... desganado.
No he vuelto a verte desde que me diste [voy a decir que me lo diste, porque suena menos agresivo que decir que me lo tiraste a la cara] este cuaderno.
Me gustaría darte las gracias, porque tenías razón sobre Clarity. Y porque al final me ha resultado de ayuda lo de escribir todo lo que siento/pienso aquí.
Pero te esfumaste y no volviste a aparecer.
Excepto por las frases frente a mi ventana.Curiosa forma de hacerte notar, por cierto.
Voy a echarte de menos, ¿sabes?
No porque me vaya, ya que no nos conocemos y eso sería algo absurdo.
Sino porque el cuaderno se acaba, y yo no quiero escribirte en otro que no me hayas dado tú.
Pero en fin, chica misteriosa...
Gracias por tu odio, supiste exactamente cómo quererme.