Capítulo 15: Promesas.

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Punto de Vista: Escorpio.

Salí a hacer mi rutina diaria aquí en Los Santos, desde la muerte de Otis no dejamos de buscar el lugar que nos llevará al Olimpo. Han pasado semanas que no volvemos a La Guarida. Piscis tuvo un sueño donde veía el Olimpo, era un lugar de fiestas, con muchas luces, casinos, hoteles, etc.

El único lugar así es Los Santos, la ciudad del pecado le dicen. La muerte de Otis ha sido muy difícil para nosotros, hemos estado durmiendo en un apartamento que nos prestó Ryan; al final él y sus amigos se fueron a buscar otra manera de salvar a sus padres, ellos tampoco sabían cómo llegar al Olimpo.

Desde que llegue a Los Santos cada uno nos ha asignado Virgo unas calles que recorrer; a veces me encuentro con Acuario en la calle metiéndose en problemas o a veces a Tauro robando una que otras frutas de los árboles.

Creo que se ha vuelto costumbre mía ir a esta cafetería en la calle Undergreen, tenía el nombre de Cafetería Menomic. Cuando terminaba mi rutina a las 4:20 p.m., me encontraba en la mesa del medio con dos tazas de café.

Se escucho la campana al oír entrar a alguien y era ella, siempre nos reunimos aquí, los dos juntos a la misma hora, en el mismo lugar y siempre con los cafés. Tal vez, es ella quien me hace tranquilizarme cuando Géminis y Sagitario empiezan a molestarme o es su voz la que me hace razonar, no lo sé.

Todas nuestras charlas donde han habido chistes, peleas, reconciliaciones y volvemos como siempre. Una vez me dijo que si pudiera estar siempre a mi lado lo haría, pero nunca sabemos que nos tiene preparado el futuro. Le sonreí cuando se sentó y empezó a tomar su café.

—¿Tuviste suerte hoy?¿Encontraste algo?— dijo a lo que negué. —Lo mismo de siempre, no sé si los logremos salvar a tiempo, tenemos el vellocino y ellos no, pero he oído que nos andan buscando. He oído a los centauros, dicen que los Titanes nos andan buscando.

—Sé que lo vamos a encontrar la entrada, Otis creía en nosotros. Sabes, creo que tengo que seguir buscando, no permitiré que nos ganen. — dijo tomando su chaqueta. —¿Mañana a la misma hora?— preguntó con una sonrisa.

—Mañana a la misma hora, Capricornio.

Punto de Vista: Piscis.

—Están cerca, sólo sigan buscando, no se rindan— decían unas voces a lo lejos. A veces, creo que soñar es malo para mi salud, gire mi cuerpo encontrándome con un bulto a mi lado. Sabía que era él, así que no sería necesario abrir mis ojos.

—¿Qué haces aquí?¿De nuevo?— pregunté abriendo un ojo. —Sabes que me gusta verte dormir, dirás que es raro pero es cosa mía.— dijo Géminis a lo que reí. Mire al techo y luego a el que no dejaba de mirarme. Que incomodo....

—¿Podrías parar?— dije riendo. —¿Qué cosa? —dijo. —De mirarme, de que más, me causas nervios.— de una vez tape mi boca con mis manos, qué acabo de decir. —¿Te doy nervios?—dijo acercándose extremadamente cerca a mi, sobre todo a mi rostro. ¡Por los Dioses! ¿Qué está sucediendo?

—Hmm... Géminis. Sí, porque sabes que es raro que alguien siempre está viéndote cuando duermes, literal todos los días. ¿A ti te gustaría que te vieran dormir cuando tienes lagañas y la baba corrida?— dije a lo que rió exageradamente, me estaba enojando. Me levanté del sofá caminando hacia el balcón.

—No te enojes, vamos Piscis.— dijo tomándome del brazo haciendo que una chispa recorría por mi cuerpo a lo que la mire como una tonta enamorada. Espera que está pasando aquí. —¿Quería preguntarte esto hace mucho, pero no sabía como decírtelo, así que va de una? ¿Okay?— dijo.

—Okay.—dije, esto me recuerda a uno de los libros que había leído. —¿Quieres salir conmigo mañana?—dijo a lo que reaccione de una vez con un abrazo. No sé porque lo hice, sé que hemos pasado mucho tiempo juntos, me contó lo que sintió cuando beso a la sirena, su pasado con Libra y Acuario y muchas cosas más.

Pero, eso no significaba otra cosa más que una amistad de buenos amigos. No sé porque el abrazo será que esas fueron las palabras que estaba esperando hace días. ¿Me gusta Géminis?

Punto de Vista: Cáncer.

Vamos Cáncer, tiene que hacerlo ahora o nunca. Llevamos semanas saliendo y todavía no se lo pides. Virgo se ha convertido en alguien más para mi, no es cualquiera. Virgo es atenta, linda y lo mejor de todo nos entendemos los dos.

Preparaban la cena, estábamos los doce en el suelo con nuestros platos; solo era una torta de maíz con jugo, era lo que había. —¿Qué es esto?—preguntó Leo un poco asqueado. —Era lo que había, alguien no fue a hacer las compras ayer.— dijo Sagitario mirando a Aries quien miraba al suelo un poco apenada. Hay tensión aquí.

—Por lo menos agradezcamos que hay de comer. —dijo Acuario a lo que Aries la miró agradecida. —A comer, pues. Y Leo, sino quieres me puedes dar.— le dijo Tauro a Leo quien jugaba con la comida.

Estaba sentado a la de Virgo era ahora o nunca. —Virgo, ¿quieres ser mi novia?— dije de una vez sino lo decía así nunca iba a poder. Ella sonreía ampliamente, pero será que. —¡Pensó que nunca me lo ibas a pedir! ¡Claro que quiero ser tu novia Cáncer!— dijo a lo que todos nos miraban sorprendidos.

—No me lo puedo creer. Estoy tan feliz.— dije abrazándola. —Pero, antes me tienes que prometer una cosa. —¿Qué?—dijo ella en un susurro. —Prométeme que no vas a estar con nadie más, nunca. Viste el día que casi morimos, pues no me da ni la mitad de miedo que despertarme un día que no estés a mi lado. Y la única solución que veo, es que me lo prometas. Prométeme, que no vas a mirar a ningún otro, que no le vas a dar tu número, ni la red social, ni vas a cantar a un desconocido, ni vas a hablar con otros chicos, no si puedes hablar con niños, homosexuales... ya está.

—Está bien, sí. —Pero promételo. —Pero que te estoy diciendo que sí. —Pero tienes que decir que sí, quiero... —Que si te lo prometo que sí. —Pero.... —¡Qué si que quiero que te estoy diciendo que sí!—dijo a lo que todos reímos.

Sabía que ella me haría feliz y yo a ella, la quiero demasiado. La bese, tanto tiempo esperaba este momento, por fin sucedió.

Los Elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora