Capítulo 2: La verdad.

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Punto de Vista: Acuario.

— Les dije que vendrían, tenemos que decirles a los demás lo que ocurrió.— dijo Géminis. — Si hay que decirles, pero como en una hora y media ya que alguien se le olvido donde vivimos.— dijo Libra mirándome.

Después que nos transportáramos no pensé muy bien la dirección y terminamos muy lejos donde vivimos. —Agradezcan que los saque de ésta.— dije mirando a mis dos mejores amigos.

Géminis, Libra y yo somos el equipo aire. Desde lo sucedido nos alejamos a unos edificios y locales abandonados a afueras de la ciudad. Es un lugar muy visitado por los indigentes y traficantes, pero creo que nos respetamos mutuamente.

Ese último sueño fue todo lo que cambio nuestras vidas. — Tenemos que decirle a Piscis.— dijo Libra a lo que yo asentí. Los primeros días fueron algo abrumadores, todos los días teníamos pesadillas, nos sentimos débiles y no podíamos hacer nada.

Un día Géminis se enfermo y Libra me mando a ir por medicamentos. La reconocí al instante que vi su rostro, la única persona que me entendió en mis días, vi a una de mis mejores amigas. El contacto visual se hizo presente; yo sonreí. En cambio, ella se alejo lo más rápidamente posible de mi.

No podía permitir eso, pero tampoco podía dejar a Géminis sin medicamentos. Que más da, él se las puede aguantar por unas horas. Decidí seguirla, llevaba más de quince minutos caminando detrás de ella. Cada vez el barrio iba empeorando su aspecto. Llegamos a una calle sin salida donde en una casa blanca tocaba la puerta está.

Me asome por un pequeño agujero que se encontraba en la pared y vi a Piscis llorando. — Dios mío, Piscis. ¿Qué sucedió?— dijo un chico. —¿Qué sucede Escorpio, Piscis ya llego?— dijo una voz a la que reconoce en un instante, era el insoportable de Cáncer y el otro era Escorpio.

— La vi... en la ciudad, ellos no se han ido.— dijo entrecortada mente. — ¿A quién Piscis? — pregunto Cáncer. —Acuario...

— Tenemos que irnos de aquí de inmediato.— dijo Escorpio. —¿Por qué? — pregunto Cáncer. — Conozco muy bien a Acuario, es demasiado curiosa.— dijo mirando hacia la puerta. ¡Mierda! Vi como caminaba hacia la puerta y me puse más nerviosa de lo normal. Traté de salir, pero tropecé con unas cubetas. La puerta se abrió dejando ver al equipo agua.

Decidí romper el hielo. — Chicos... tanto tiempo ¿no?— dije tratando de parecer de lo más normal, pero todos sabemos que eso es imposible. —Agárrenla— dijo Escorpio.

Ahora si tengo miedo. Si deciden tomar mi alma, o deciden tenerme como rehén para siempre. ¡Por Zeus! Géminis morirá por mi culpa. —No me hagan nada. Les juro que no planeaba hacer nada en contra de ustedes. — Entonces, porque la seguiste.— dijo Cáncer.

— Si hubieras visto a Tauro ¿no hubieras hecho lo mismo?— dije exasperada. Sé que no tengo la mejor relación con Cáncer, pero yo sólo quiero que todo vuelva a ser como antes. En ese momento, Piscis se desmayo.

Escorpio y Cáncer me soltaron y fueron al rescate de Piscis y la colocaron en un pequeño sofá que tenían. —¿Qué le paso?— pregunte preocupada. Estos dos se miraron preguntándose entre ellos si debían decirme o no.

— Está soñando, es normal en ella. Atenea se comunica con ella a través del sueño. — termino de decir Escorpio. Pero, ¿por qué no con Hermes? Unos toques en la puerta llamo nuestra atención. Cáncer fue a abrir la puerta y un pequeño niño con dos muletas dijo: Se tienen que ir, ellos ya saben que están aquí. Deberías ayudarlos a escapar.— dijo señalándome a mi.— ¿Quienes saben que están aquí?— dije preocupada a lo que nadie me respondió. — Los de fuego.— dijo el niño.

Los Elegidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora