sueños

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Kazumi ese será su nombre, tendrán la importante tarea de preservarla y aprenderán a quererla y amarla. - la alarma del reloj sonó, ese sueño era más desconcertante que cualquier otro, naturalemente los padres eligen el nombre de sus hijos pero, en el sueño fue diferente, otra persona ajena a mi, había puesto en mi el nombre, no puede ver de quien se trataba. ¿quien era?.

Cuando salí de mi habitación, Mama estaba sentada en el comedor, un poco triste y disgustada. - ¿sucede algo madre? - pregunté un poco asustada. - hija tenemos que irnos por un tiempo será  breve, tienes que quedarte en casa en total silencio, si no puedes escuchar lo que murmuran los demas no te esfuerces. Necesito tu telefono. - le di mi celular  aparentemente pero sólo era un prototipo, en los lados sólo se encontraba el pequeño botón que presionaba cada vez que me desmayaba. Mama sirvió el desayuno, no pregunté nada más, sólo me diría que siguiera las indicaciones.

Papa y Mama no dijeron nada esa mañana.
Papa me prohibió ir al intituto por algunos días. Ellos se fueron durante la noche. Sentía que alguien me asechaba, nunca había estado lejos de mis padres ni ellos de mi, pero de pronto se habían ido.
presione el sistema de seguridad de la casa, fui a mi habitación, recorrí la cortina de la ventana, mire hacia afuera, todo estaba en completo silencio. Mis manos se sentían ligeras, casi no las podía sentir, puse mi mano derecha en forma de puño, al abrir una especie de luz en forma de espiral color azul se encontraba en mi mano, la lancé hacia arriba de mi y se esfumó en forma de nieve.
Aquella luz parecía entender lo que quería, pensaba en nieve y en eso se convirtió.
Me recoste en el escritorio de mi recámara, realicé una búsqueda para saber que clase de humano era, pero todo lo relacionaban con la magia de cuentos de hadas. Sólo pensé que clase humano puede escuchar a los lejos conversaciones y tener una luz azul saliendo de sus manos. Era muy extraño, volví a concentrarme en los ruidos de mi habitacion, estuve como una especie de transe.

Me trasladé a un templo en ruinas, nadie se encontraba ahí, un lugar muy misterioso y escalofriante.
Abrí la enorme puerta del templo había mucha luz del atardecer. No habían ventanas. Note cinco estatuas a lo largo del templo, cada una tenía una característica diferente, en la mitad de ellas se notaba un podio vacío, supuse que ahí había una estatua antes pero no la encontré en ninguna parte a lo largo del salón.

Kazumi.... - una especie de susurro hizo que despertará, encendí la luz de mi habitación, salí por toda la casa esperando que mis padres estuvieran ahí, estaba helada tenia escalofrío en todo mi cuerpo, al notar la ausencia de mis padres supe que sólo era un sueño. Me recoste de nuevo en mi cama sin pensar en ninguna otra cosa, en mi bolso escolar se asomaba mi cuaderno, aun no entendía como esas cosas aparecieron en mis dibujos.
Cerré el cuaderno y sólo dormí.

Desperté muy temprano, no sabía si desobedecer a mis padres, estaba muy aburrida y sólo me vestí para ir al instituto.
Entre al aula como era costumbre todos me atacaron con sus frías miradas. Sólo tomé asiento en mi lugar y atendi la clase, los ultimos días al sonar la campana, desaparecía y me escondía en el sendero donde nadie podía verme.

Aquellas pesadillas ocupaban mis pensamientos, había olvidado por completo lo que sucedió con Akira, al final del día no se me dificultó estar de nuevo sola.
Habían muchos misterios que resolver a los cuales no podía dar una respuesta concreta.
Que tan difícil puede ser la vida de una persona que tiene algunos toques de magia en sus manos. Por alguna razón me hizo recordar mi estancia en el otro Instituto, pensé que tan sólo por tener una apariencia poco femenina, ser demaciado tímida para hablar con las personas causaría tanta odio hacia mi,  de mis compañeros.
Volví en si de mis pensamientos con un poco de miedo, la campana se había escuchado a lo lejos, regrese de inmediato. Entre a cambiarme de uniforme, cogí mi uniforme del casillero gire a la derecha y pude ver que Akira recogía su uniforme al mismo tiempo, nuestras miradas se encontraron, baje mi cabeza y salí al baño de la sala.


Ascendientes del PorderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora