el escape

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Me despertó el sonido de la melodía de la televisión, un poco cegada por la luz del sol de las cortinas blancas.
Me acerqué cuidadosamente a la ventana donde veía la calle en el exterior.
Todo se encontraba en orden, suspire, fui a la cocina por un poco de comida. Dejé la vajilla en el lava platos de inmediato cogí de nuevo un vaso con agua tenía tanta sed como para dejar sin agua un océano.
Termine de tomar agua, note algunos rasguños en mi mano izquierda, recordé lo que había pasado el día anterior.
"Estúpida, no vuelvas hacer algo como eso"- deje caer la mirada coloque mis manos en forma de puño sobre la mesa. Sonó la campana de la puerta principal, por un largo minuto no hice ningun ruido, me acerqué lentamente hacia la puerta y volvió a sonar la campana con desesperación.

Abrí la puerta, una mano me empujó hacia el suelo y la cerro con rapidez y colocó el sistema de seguridad. Se quedo en la puerta un poco inclinado, cansado como si hubiera escapado de algo o de alguien.
Su cabello era negro como el mío, tenía un corte poco usual pero no parecía un ladrón, parecía tener la misma edad.


Kazumi Ai korunami! - su respiración era muy veloz.
Me sorprendió cuando pronunció mi nombre. Pero en definitiva Ai Korunami no eran míos, debe de estar buscando a otra chica con el mismo nombre, no conocía a ninguna chica con mi nombre, a lo largo de mi vida sólo había conocido a chicas kasumi pero, era algo interesante saber que no era la única con ese nombre.
Luego mire el sistema de seguridad que estaba a lado del extraño intruso,
¿cómo sabía que mi casa tenía un sistema de seguridad? - saber eso me aterroriso. Había hecho todo lo que mis padres me decían que no hiciera en especial no abrirle la puerta a los extraños. Una vez más había desobedeciado a mis padres.


Donde esta la nevera? - entonces el giro a la derecha - oh, ahí está! - se fue a la cocina y yo lo seguí con pasos tambaleantes.
Que refrescante, casi muero.- pronunciaba mientras cogía vasos llenos de agua fría.


Quien eres? - tímida.
- keiko, y seguía bebiendo agua.
Mientras lo observaba con gran asombro.
- el agua tiene mucha energía vital para mi cuerpo que es poco usual, gaste toda mi energía tratando de escapar, esos tontos! Me trataron con un conejillo de laboratorio!!! Me vengare!!! - con mucha rabia mientras rezonaban sus puños en la mesa. pude observar heridas en sus muñecas, había sangre fresca.
- quien te hizo esto - sosteniendo sus manos.
Kazumi, eres demaciado blanda, haz crecido con amor pero hay muchas personas tras nosotros, nadie nos protege, sólo nos tenemos los uno a los otros.- dijo agotado. Mientras curaba sus manos en el sofá del salón principal, pensaba en lo que el chico dijo, debe de estar confundido, sabe lo que me pasa, quien soy, que es todo esto. Recogí todo el botiquín de emergencias, al regresar, debía obtener respuestas.


No soy kazumi Ai korunami, estas confundido debes salir de esta propiedad, yo soy kazumi Matsu. - tímida mirando su rostro que estaba recostado en el respaldo del sofá.
El hizo una sonrisa sarcástica.
Kazumi Matsu has vivido con ese nombre toda tu vida, ehh, kazumi Matsu, suena interesante. - mientras recorría las fotos con su mirada. Que estaban en la pared.
- quieres parar?! No se que clase de broma es esta pero basta! - disgustada.
- tu vida ha sido una broma - riendo. - sabes kazumi Matsu eres la única con una terrible confusión en el nombre lo has notado, quienes son tus padres para ponerte un nombre tan extraño. - no vuelvas a mencionar a mis padres! Vete de mi casa! - enojada.
- que interesante, haz visto tus ojos cuando estas enfadada. - con una mirada sarcástica.
Sólo quería que se fuera, una fuerza desde mi interior salió, mi puño hiba tras su cabeza con gran velocidad y fuerza, pero el colocó frente a mi un espejo.

-Kazumi Matsu, tus ojos son color violeta y tienes una acumulación de energía color púrpura o en definición una energía maligna en tus manos. - con entusiasmo.
Mire mi rostro a través del espejo, mis ojos era diferentes al color miel de todos los días, observe mis manos, la luz ya no era ni azul, ni amarilla era púrpura. No entendía lo que pasaba conmigo al principio sólo se trataba de rellenar mi centro de energía con luz solar pero las luces en espiral de mis manos y el cambio en mis ojos son totalmente diferentes, me asusté.



Ascendientes del PorderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora