Capítulo 7.

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Observó por quinta vez su Rolex. Seguramente podría dibujarlo de memoria si alguien se lo proponía, pues las veces que le había echado un vistazo no eran para nada normales.

De nuevo miró de reojo las puertas del ascensor, pero seguían cerradas, como las anteriores veces.

La comisaria esa tarde no estaba tan revuelta como de costumbre. Los homicidios habían descendido esa semana, y el personal estaba aburrido, sobre todo cuando su único trabajo era rellenar formularios y mirar fijamente el teléfono esperando a que sonara.

-Rick.

El aludido se giró para mirar por encima de su hombro a Espósito. Éste le sonrío mientras apoyaba la cara en la palma de su mano.

-Como se nota que no está Kate, eh.

El agente Castle rodó los ojos, fijando de nuevo la vista en su pizarra. Acercó el permanente a sus labios, cruzando los brazos sobre su pecho y se permitió sonreír mínimamente.

Los comentarios por parte de su amigo eran insufribles, sin embargo había aprendido a recibirlos ya que reconocer que tenía razón no le costaba tanto. No lo decía en voz alta, pero al menos sí lo hacía consigo mismo.

La ida de Kate con aquel chico le había dado mucho que pensar toda la noche. Ella misma les había dicho que podía conseguir información, y tal como lo había entendido, estaba seguro de que era acostándose con él.

No debía importarle. Ellos no eran nada, ni siquiera mantenían una amistad considerable. Se conocían de uno o dos meses, pero desde el primer momento ella había hecho estragos en todo su ser.

Se giró dispuesto a contestar después de estar un largo rato callado, sin embargo las risas provenientes de la entrada del ascensor hicieron que mirara primero en esa dirección.

Su mirada adquirió ese brillo curioso y excitado al cruzarse con los ojos avellana de su compañera. Ella también se sentía diferente desde que Rick había entrado a su vida, no obstante se lo guardaba para ella.

Rick reconoció a la chica que la acompañaba. Suspiró aliviado al saber que no se trataba de Scott, pues soportar los gestos hacia Kate de nuevo le ponía nervioso.

No pasó desapercibida la mirada que le lanzó la estudiante de medicina a su amigo. Miró a Espósito por encima del hombro, susurrando un "qué cabrón".

-Rick, ya conoces a Lanie.

En cambio, los ojos de la estudiante fueron más duros al posarse sobre los suyos. Entonces recordó el momento incómodo, cuando ella se había encargado de echarle la bronca al haber herido a su amiga. Tal vez siguiera resentida, o mejor, desconfiada.

-Yo sí que la conocía, pero no sabía que Javier también.

Esa vez sus ojos azules fueron directos a Kate. Ella sonrió, encogiéndose de hombros.

-Bueno, es una larga historia. Lanie me preguntó si conocía a un policía buenorro, y le hablé de Javi.

-Y Javi aceptó como un caballero.-Castle rio.

-Todo sea por las chicas guapas.-respondió el cubano dedicándole una sonrisa perfecta a Lanie.

Se adelantó hasta situarse junto a ella, rodeando su cintura. Lanie se ruborizó ligeramente, pero eso no le hizo perder la seguridad en sí misma.

-Creo que voy a tener que encargarme yo de la tarde sin ser de la comisaria.-intuyó Rick jugueteando con el permanente.

Kate, que hasta entonces había permanecido en silencio, observando la conversación intervino:

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