Diabolik Lovers Boyfriend Scenarios & Oneshots [A Pedido]

Juegos (Carla Tsukinami)

Por Nyx
Aclaro pongo Karura (como se escribe en japonés) porque Carla no me gusta XD ~Nyx

Hecate se arrodilló en el borde de la mesada para buscar lo que había venido a comer a la cocina. Sus ojos brillaban entusiasmados mientras hacia un desastre a su paso. ¿Quien carajo tenía pasas de uva en bolsas para picar? Su cara de asco se hizo notoria hasta que alguien carraspeo detrás de ella.
Claro que sus micro shorts para dormir o su musculosa con gatitos no era muy serio para ella. ¿Qué era serio viniendo de ella? Sus ojos color perla excrutaron las sombras hasta percibir la presencia de uno de los Tsukinami detrás la puerta.

- Karura-san, ¿vas a quedarte mucho tiempo allí?

Karura entró fijándose en lo ridícula que se veía la mayor de las hermanas.
Kat bajó con sus manos abriendo el pote de nutella. Además de extramadamente rara, la mayor Nakamura no tenia modales, etiqueta.
Ni hablar de que parecía tomar de idiotas a todo el que cruzase palabra con ella. Ella lo miró con esos ojos ciegos y una sonrisa inocente e infantil. Él ya no le creía ni medio.

- No nos sirves. Ni tú ni tu hermana.- la miró con desdén.

- Sokka.- sonrió ella aunque Karura percibió como el aire a su alrededor se enfriaba notablemente.- ¿Qué vas a hacer? ¿Asesinar a las dos últimas mujeres de tu especie?

Karura sonrió ante su pregunta. Él ya había planeado todos los posibles finales para esto.

- Planeo utilizar sus cuerpos para revivir a Cordelia y a Yui. Seguramente serán más acordes a nuestros fines.

Kat dejó a un lado el frasco suavemente en la mesada como si sus palabras no hubiesen surtido efecto en ella. Un fuerte golpe en la ventana hizo que apartase sus ojos de ella por una milésima de segundo y al volverlos ella
Había reaparecido en frente suyo con una navaja apuntando sus partes bajas.

- Me pregunto que tanto sangrarías en cuanto te castre. Porque supongo que necesitarás esa parte esencial para tener coito, ¿no?

Un aro dorado recubrió el iris ciego de Kat cuando el cuchillo traspasó la tela pinchando en su pelvis muy cerca de su objetivo. Karura gruñó amenazantemente. Él era el rey de los originarios, ella no podía amenazar su vida. Todo su cuerpo estaba pidiendo que le enseñara a la mocosa quién estaba al mando.
Sus ojos la recorrieron de arriba a abajo con rabia. ¿Su piel también estaría bronceada allí donde su ropa interior la cubría? Una imagen de sus dedos marcados en su rojo trasero lo hizo sisear. Indecente.

- Deja de jugar con mi mente.- le ordenó a punto de estallar.

Kat parpadeó genuinamente confundida sin comprender lo que decía. Karura enrojecio al notar que se había puesto en evidencia entonces.

- Yo no he hecho nada.- entre cerró los ojos molesta.

- No te creo.- trató de ocultar el hecho.

Era denigrante haber fantaseado con ello. Había caído demasiado bajo de solo pensar en ello. Pero a diferencia de su hermana, Kat jamás había sido mancillada por esos vampiros. Su sangre no estaba impura por las mordidas de los hermanos vampiro.

- ¿ Por qué no ser mordida por esa repugnante plaga?- preguntó finalmente.

- ¿Por qué debería haberlos dejado? No estaba interesada en que lo hicieran. Con los vampiros eso implica otras actividades... y aunque hay ciertos casos potables, me gusta la exclusividad. - Su boca hizo un mohín al pensar en algo.- Sin contar que mis hermanas suelen acaparar con los que podría jugar sin importarles mis preferencias.

Karura gruñó otra vez al imaginarla con uno de esos bastardos. Su garganta quemaba, su mente se volvía lentamente de un color rojo sangre. El cuchillo cortó su mano cuando él la alzó y comenzó a ahorcarla. La alzó y ella pateó al no poder tocar el piso y quedarse sin aire.

- No eres más que una sucia ramera.

Los irises de Kat se colorearon de un color dorado, los irises de un Tsukinami. Sus palabras se colaron en la mente de Karura aunque ella no emitió ningún sonido.

- ¿Se supone que tendría que haberte mentido?- era más bien un chillido furioso que pudo haber explotado sus tímpanos de no ser un grito mental.

Tenia razón... Ella podría haberle mentido y engatuzado con palabras bellas. No lo había hecho.
La dejó caer al suelo, a sus pies mientras recuperaba el aire. Desde el suelo le dedicó miraditas desdeñosas. Marcas violáceas de su mano se pintaba en el cuello de Kat por la fuerza que había impreso en ella.

- Vas a empezar a aprender que ese es tu lugar.- murmuró todavía molesto con ella.- Estás viva porque eres útil, bolsa de sangre. ¿Entendiste?

- Imbécil.

Ella barrió sus piernas de una patada haciéndolo caer al suelo. Karura no había pensado que ella lo atacaría y se le tiraría encima con sus manos vacías. Ella era una mujer, era un ser frágil como su madre. Chrone jamás se habría comportado así. Sus pensamientos de como solian ser su tía y su madre se enfrentaron a la mujer que tenia en frente. Rodó sobre su espalda inmovilizandola mientras ella seguía tratando de lastimarlo con pequeñas y duras mordidas. Sus colmillos eran finos y largos, como púas. Como pequeños caninos de gato. Le pareció hasta gracioso, adorable, como ella trataba de hacerle daño mordiendo su brazo. Hundió demasiado sus colmillos causando un siseo del Tsukinami. Gotas rojas se deslizaron por su antebrazo y ella al succionarla ronroneó extasiada. Puso los ojos en blanco del placer y él tragó saliva.

- Hecate.- demandó su atención con voz grave y ronca.

No podía entender lo que estaba revolviendo su estómago. Ella lamió la herida sellandola. El no pudo apartar sus ojos de la tarea, de repente le parecía increíblemente erótica ver su lengua pasar por su piel.

- Sabes bien.- comentó ella con una voz contradictoriamente inocente y provocativa.

- No vuelvas a amenazarme.- le advirtió antes de salir casi huyendo de la cocina.

Shin y Thyre lo vieron pasar como si el mismísimo diablo lo persiguiese. Los dos menores entraron a la cocina viendo a Kat tirada en la cocina todavía con algo de sangre remanente en los labios.

- ¿Onee chan?

Kat sonrió pero ambos se entremecieron. Eso simulaba ser una sonrisa infantil pero Kat no lo estaba logrando. Su máscara se estaba quebrando.

- Parece que Karu-san quiere jugar.- se paró ella limpiando sus shorts.- Pero no le gustan las reglas de juego.

Thyre dio un paso atrás cuando Kat pasó por la puerta. ¿Su hermana estaba emitiendo un aura asesina?