-Yo siempre me invitó solo, eres muy bella sin maquillaje ¿Porque te ocultas dentras de tanto negro?-Preguntó examinandome de arriba hacia abajo
-Ese asunto a ti no te importa, ahora necesito que te retires.- Pedí cerrándole la puerta en su cara y subí a cambiarme.
No podía digerir que me había llamado bella, hacía siglos por exagerar que nadie me había llamado así. Termine de cambiarme y baje a la sala para ver un poco de televisión y maldita sea hay estaba él sosteniendo el ramo de flores, sentado en el mueble con tanta tranquilidad como sí esta fuera su casa.
-¿PERO QUIEN TE CREES, PARA ENTRAR AQUÍ SIN PERMISO?- Grite enfadada termine de bajar las escaleras y me acerque a él amenazante. Él solo me observaba escondiendo una risa
-Hasta caminando te ves tremendamente sexys y comestible.- Dijo saboreando su labio inferior.-Solo vine a traerte estas flores.-Me la tendió, la tome y la contemplé rosas negras con un aroma bastante varonil
-Gracias, estas serán las flores perfecta para llevarte a la tumba.-Dije sería
-Eres tan satánica, tan violeta, tan misteriosa, tan imperfecta para la sociedad y tan perfecta para mí-Se quitó los primeros botones de su camisa dejando a la vista un hermoso torso y se acerco a mí podía sentir su aliento a menta.- Solo espero que el día que vayas a matarme sea de puro placer.-Susurro en mi oído, acto seguido mordió suavemente mi cuello, fue bajando de a poco pasando su lengua húmeda por esa zona tan sensible para mí estaba excitada y tenia los vellos erizados, mi parte intima palpitaba y solo quería sentirlo dentro de mi. Saco unos de mis senos y empezó a mordisquearlo y chuparlo haciéndome jadear de tantas sensaciones que estaba experimentando en ese preciso momento
-Oh Raúl. -Gemí el seguía como una fiera besando todo mi cuerpo, se detuvo en mi parte intima y bajo mi pantalón hasta la rodilla , rompió mis bragas no me opuse pues quería saber que haría conmigo. Su lengua se movía de arriba hacia abajo
