Ya ha transcurrido una semana no he querido cruzar más por ese parqué sólo porque no quiero chocarme con el idiota de Raúl. Él a ocupado mí mente durante está semana completa
al pensar en ese imbécil mis bragas se humedecen y seré sincera me gustaría repetir ese momento una y otra vez.La semana ha sido una llena de cambios he estado asistiendo al psicólogo para superar mi trauma fue la mejor decisión que he tomado en mi vida él sr. Manuel así se llama mi psicólogo me ha ayudado mucho en tampoco tiempo es tanto así que he dejado de lado la navaja aunque ganas no me falta para cortarme las muñecas ya la puedo controlar él me ha recomendado salir más y conocer nuevos horizontes también me recomendó conocer algunos chicos hasta que encuentre al ideal.
-Pues bien hoy tengo una cita con Diego.-Escuche a leo gritar cubrí mis oídos con ambas manos.
-Cuando aprenderás a no gritar.-Lo regañe él hizo un puchero
-Fue un impulso llevo varios minutos diciéndote que saldré con Diego y no me pones asuntos.-Suspiro fustrado- Últimamente estas en las nubes- Se quejó
-Disculpa amurchis pero me alegra mucho que te veas con Diego constantemente esa es una señal de que la relación está funcionando de maravilla.- Dije con emoción pues para mi es muy grato ver feliz a mi querido amigo
Miró su reloj de mano acto seguido se levanta de su respectivo asiento, se acomodó su ropa.-Debo irme ya Diego esta por venir cuidate.- Se despidió
-Espero conocerlo rápido. - Grité ya que él se encontraba en el umbral de la puerta arreglando su cabello
-Pronto...Yo solo deseo que tengas una visita tan excitante como la semana pasada y que la disfruté. - Me guiñó un ojo para después desaparecer por completo sonreí inconscientemente y me acosté en el sofá.
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-Te encanta mi pene, rico duró y fuerte para ti.- susurro en mi oído mi piel se erizó al ser tocada por su calido aliento
-Sí me encanta y lo disfruto.-dije entre jadeos entré una vez mas su erección en mi boca haciéndole suaves caricias con mi lengua, con mi mano derecha subía y bajaba haciendo que Raúl enloqueciera de placer despacio fui sacando su pene de mi boca sin dejar de masturbarlo mirándolo él mantenía sus ojos cerrado y arqueandose entre gruñidos dejé su erección libre y vi como sus ojos se abrieron de golpe me agarró fuertemente el cabello con una mano y con la otra pellizco mi pezón provocando un gemido de mí parte sus labios tocaron los míos su lengua jugaba con la mía un beso profundo lleno de lujuria.