Querida S.
No se que fue lo que hice para que dejes de mandarme tus notas, tal vez estés enferma o no se, pero soy tan tonto que me acostumbre a siempre leer tus notas.
¿Sabes algo? Toda esta semana después de clases siempre corría a mi casillero, con la esperanza de tener una de tus notas, es algo vergonzoso confesártelo, ya que soy el mujeriego de la escuela, pero es que extraño tus notas, que diablos le pusiste a tus notas ¿eh? ¿Que le pones?, déjame conocerte por favor, quiero saber quien eres y si no quieres todavía no me dejes de enviar tus notas.
Te extraña
-Franco