40 minutos después

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Finalmente llegué al segundo punto de control y una dama fue la que me recibió.

- Buenas tardes Lizbeth, ¿como te has sentido? - Preguntó la mujer mientras me daba una galleta de vainilla, mis favoritas.
- Cansada... ¿También podré comer? - Le pregunté algo cansada mientras comía la galleta.
- Por supuesto pero apurate, porque Elias está desdé hace 10 minutos en su punto de control... -

Elias... Sonreí débil y me imaginé el dolor que estaría pasando... Perder a su familia y su propia vida... Todo por culpa de un malcriado...

- ¿Quieres pescado frito? - Preguntó la mujer.
- Si, por favor - Le dije sonriendo.

La carrera, la prueba y la promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora