OTRA VEZ

8 1 0
                                    

Pov's ABI

Abro los ojos de golpe. Que horrible calor. Me intento mover para incorporarme, pero algo o mas bien alguien no deja que me mueva. Volteo a mi lado y me encuentro con Zac aferrado a mi, como para asegurar que no me vaya. Un momento! ¡¡Zac ha dormido conmigo!! Pego un brinco para salir de la cama, y en el intento caigo al suelo dándome un buen pero buen golpe.

-Auchh!! -grito y escucho como la cama se mueve, supongo que lo levanté. Aún no respondo, me quedo helada en el suelo hasta que veo una melena castaña asomarse por el borde de la cama.

-Está rico el suelo?? -me dice Zac intentando contener una risa.

-Si alguien no me hubiera casi asfixiado estaría bien.

-Lo siento -me tiende una mano para levantarme pero yo la ignoro y lo hago sola. No pierdo mi dignidad así.

-Y bien, ¿que haces aquí?

-Tu me dijiste que me quedará. O que? ¿Ya se te olvidó?

-No, no se me olvidó. Formulé mal la pregunta. La pregunta es, ¿Que haces aquí... todavía?

-El despertador aún no suena y no me despierto sin él. Pero ya me voy si quieres.

-Si, más vale que si. -Me doy cuenta que ha dormido en boxes, recuerdo anoche que sin querer lo vi. -Y vístete ya, es indecente estar frente a una chica en esas fachas Zac.

Me dirijo al cuarto de baño para pensar en lo que ocurrió ayer...

*Flashback*

Salgo del instituto a toda prisa. No me despedí de Nicolle porque se que me atacaría con preguntas absurdas como: "¿Qué fue lo que pasó allá?" ó "¿Qué se traen tu y Zac?" Y la verdad con esta mañana tan rara que tuve por el tonto de Zac, ando los nervios de punta y no quiero hablar con nadie. ¿Cómo se le ocurre besarme así sin mas? Está de mente y eso está más que comprobado. Además Karina me dijo que llegara temprano que tiene que hablar conmigo y creo que ya sé que es lo que quiere. En pocos minutos y ya estoy en mi casa, lo sentí corto porque mi mente estaba volando todo el trayecto.

-Bueno aquí estoy- me digo a mi misma. -Todo estará bien Abigail- me veo al espejo retrovisor y doy un suspiro.

Me bajo del coche perezosa, sea lo que sea que tengan que decirme no quiero que me quiebre más si eso es aún posible. Estoy muy cansada, y pues no se porque, pero lo estoy. Abro la puerta de mi casa, y escucho ruido en la cocina, supongo que es mi mamá o Zoila (mi nana) que están preparando el almuerzo.
Quiero correr a mi cuarto pero sé que no serviría de nada, y la duda me mata también, así que me dirijo a la cocina y trato de poner el rostro más inexpresivo que pueda existir.

Entro y veo a Zoila, sacando un pollo del horno, mientras mi mamá le está contando algo que veo a Zoila no le interesa en lo más mínimo.

-Aquí estoy, ¿Para que me querías?

-Vaya, creí que no ibas a venir. Me alegra que hayas venido. Vamos a almorzar y...

-Ve al grano mamá. Tengo cosas que hacer, y si vine fue porque querías hablar conmigo. Bueno, aquí estoy, empieza.

Camino hacia la sala de estar sabiendo que ella me seguirá y me siento en uno de sus tan apreciados sofás. Trato de erguirme lo más que puedo y parecer lo más serena posible.

-Entonces, decías? -empiezo yo y veo que está algo nerviosa. Como si le costara tanto decirlo.

-¿Como estás? -Me dice y ella se sienta en la mesa central. Muy impropio para Karina.

Pase Lo Que PaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora