CAPITULO V

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Una alarma que no es mía pero es muy conocida me despierta. Me siento aturdida y no quiero despertar. A mi lado alguien se mueve y del susto abro los ojos, y miro el lugar en donde estoy y me tranquilizo. Estoy donde Nicolle. La alarma sigue sonando y ya me tiene a reventar así que la apago. Y veo que Nicolle no da rastros de querer levantarse así que me tiro sobre ella. Ella se remueve dándome un empujón pero sigue dormida. ¡Carajo! Esta sí que tiene el sueño pesado. Se me había olvidado que estaba hablando de mi mejor amiga. Decido que mejor la dejaba dormir. Me siento a un lado de la cama, intentando localizar mi celular, pero no lo veo por ningún lado. Me levanto y al pasar frente al espejo me doy cuenta que había dormido con la misma ropa de ayer. Me empiezo a reír. Entonces veo el celular en la parte trasera. Por Dios no lo sentía?? Lo saco y recuerdo que anoche lo apagué por mi madre. Por cierto a ver que pasa hoy. Lo enciendo y noto que tengo varios mensajes de Whatsapp otra vez y 15 llamadas perdidas, todas de ella. ¡Por Dios! No puede dejarme en paz. Ignoro los mensajes y llamadas y voy hacia el clóset de mi amiga a buscar ropa. Claro tengo la ventaja de que usamos las mismas tallas. Entro y escojo un vestido blanco con lunares azules y unas zapatillas azules para combinar. Voy hacia una gaveta que tiene mi nombre y la abro. Aquí tengo ropa interior necesaria para cuando vengo a dormir donde Nicolle. Saco ropa interior de encaje blanco, fino como me gusta usar.

Entro al baño, y preparo la bañera. Echo polvos de manzanilla y sávila sobre el agua caliente y me sumergo en ella. Esto es relajante. Lavo bien mi cuerpo y luego de un rato salgo de la bañera envuelta en una toalla. Me quedo frente al espejo del lavabo y me visto. Lavo bien mi cara y uso la crema que tiene mi amiga. Medio peino mi cabello con las manos ya que es colocho y no quiero alborotarlo. Miro el maquillaje de ella y me echo polvos de cara, rímel y algo de brillo de labios. Sonrío a la chica que me ve en el espejo y me preparo mentalmente. Hoy debo controlarme, hoy no volverá a pasar, hoy será un buen día. Hoy es un gran día. Suelto el aire bruscamente que no sabía estaba conteniendo y decido salir del baño. Cuando salgo veo que Nicolle sigue dormida. Esta niña parece un oso perezoso a dormir.

Me acerco hacia su cómoda y agarro un libro de notas que ella tiene y escribo:

Me desperté y tuve que salir rápido, no se como estarán las cosas en casa, quería que me acompañaras pero pareces oso durmiendo, ¡¡NO PUEDO CREER QUE NO TE LEVANTARAS AL HABERME TIRADO SOBRE TI!! Ten un lindo día te hablo luego para que salgamos a comer.

Te quiero Osita
Atte. Tu amor A.S.

Pd. Gracias por el vestido blanco con lunares azules, eres tan bella por habérmelo regalado y las zapatillas azules y el bolso que tomaré también. Love u.

Lo dejo sobre la mesita de noche que está al lado de su cama. Agarro el bolso que ya había dicho y meto en el el celular nada más. Salgo de su habitación, camino por el pasillo y bajo las escaleras hasta llegar a la parte baja de su casa. Voy a la cocina, y me encuentro con la señora Carline, ella ha sido lo más parecido a una madre que he tenido. Como la conozco desde que tengo memoria y he estado en esta casa más de lo que paso en la mía le tengo bastante confianza. Aunque no tanto para llamarla por su nombre. Mi madre y ella eran amigas antes, pero según me cuenta mi madre cambió cuando yo tenía unos 5 o 6 años y se hizo la señora sin sentimientos alguno que es ahora. No sentí nunca su ausencia por que tenia a mi papá pero cuando el partió, la necesité más que nunca. Y nunca mostró ningún afecto hacia mi aún después de lo que me pasó. Pero da igual, jamás la haré cambiar de parecer, y la verdad ya no me importa.

-Hola princesa -Me dice la señora Carline sonriendo -No sabía qué te quedabas a dormir anoche en la casa, aunque no es sorpresa.

Y ambas reímos.

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