Entre a mi camerino y tire mi bolso en la cama y enseguida corrí hacia la regadera, tenia que bañarme de prisa, porque Hannah es capaz de dejarme. Cuando estaba en la ducha me puse a pensar, cuantas veces no me había imaginado este día, justo en la ducha me había inventado sin fin de historias junto a ellos, esto de ser escritora le daba vuelo a mi imaginación. Que si nos conocíamos por casualidad, que si un día estábamos en el mismo vuelo, que un día de la nada aparecieran en mi casa. Todas estas y muchas otras historias habían sido creadas mientras me duchaba. El vapor del agua caliente me transportaba a otro mundo, del que solo yo tenía acceso. También el agua de la ducha había presenciado cientos de lágrimas que se revolvían con el agua, era un lugar muy especial para mí.
Me Salí lo mas rápido que pude y con una toalla cubriendo mi cuerpo desnudo y aun mojado fui al armario para buscar que ponerme. Maldición no sé que ponerme. Tenia mucha ropa pues seguida me gustaba ir de compras, pero no tenia mucha ropa para salir de fiesta. A demás no sé de qué fiesta se trata, Maldije al viento por segunda vez. Saque mi celular de mi bolsa que estaba tirada en la cama y llame a Hannah, le pregunte donde seria la fiesta, Al parecer será en un bar privado. Le pregunte a Hannah que debía de usar, pero no me quiso contestar porque estaba rizando su cabello. Volví a mi armario y movía como loca todos los ganchos para ver algo que llamara mi atención.
“Demasiado elegante”, “muy formal”, “demasiado primaveral”, “Dios como pude comprar esto” Muchas frases salían de mi boca, hasta que por fin se escucho la que quería oír. “Prefecto” Era un vestido de cuello redondo sin mangas con una costura debajo del pecho que hacia diferencia entra mi busto y mi cintura, después caía completamente flojo. Era de color blanco con una tela transparente y boleada por encima. Lo combine con una chaqueta negra, por si hacia frio, por ultimo tome unas zapatillas rojas no muy altas y tome un bolso pequeño también rojo. Puse todo sobre la cama.
Que hacer con mi cabello, tome la secadora y comencé a secarlo…después decidí recogerlo y me hice un peinado que hace poco había aprendido gracias a las estilistas que trabajan en el set. Era todo recogido con una trenza que adornaba el cabello y lo hacia lucir un poco despeinado. Maquille mis ojos con sombras oscuras, me puse base y después maquillaje liquido, termine como casi siempre pintándome los labios de rojo. Me cambie y Salí corriendo. Me había tardado alrededor de 45 minutos, demasiado rápido, eso era raro en mí, pero no me iba a arriesgar a no asistir a la fiesta.
Llegue al cuarto de Hannah y toque con fuerza y desesperación,
-Pasa Victoria.-Me grito Hannah
-¿Como sabias que era yo?-Le dije mientras entraba.
-Nadie mas toca tan desesperada.-Me contesto.
-Lo siento conteste, ¿ya estas lista?-Pregunte aunque la respuesta era obvia, ella no estaba lista porque aun se estaba enchinando su cabello, pero al menos ya estaba vestida y maquillada.
-No, me falta poco.-Me respondió.
-Me senté en su cama para esperar.- Su cama estaba llena de cojines rosa y al costado derecho estaba ella sentada en un banco frente a un espejo lleno de luces, en el tocar estaban cientos de cosméticos, todos abiertos y revueltos.
-Haber Victoria ven para acá.-Me dijo.
-¿Que paso?-Le pregunte mientras me ponía aun lado de ella.
-pero que es lo que traes puesto.-Me dijo apuntándome de arriba hacia abajo.
-¿Porque? No le veo nada de malo.
-Es muy…Mmmmh, no se como explicarlo, es muy tu, demasiado vintage.
-Primero explícate bien, a demás a mi me gusto.
-Es lindo, pero hubieras usado algo con más escote, algo mas apretado.
-¡Que! Estas loca para que me visto así si estaré incomoda.
-Si yo tuviera tus pechos créeme que los enseñaría.
-Pues ya los estas ensenado mira tu vestido.
-No, critiques mi vestido que es perfecto.
-Bueno, tu no critiques el mio que para mi es perfecto.
-De acuerdo ya no diré nada, yo solo decía que si quieres conquistar a alguno de los chicos…
-Espera… ¿que? Yo no quiero conquistar a nadie.
-Victoria, no me hagas reír, te conozco perfectamente.
-Bueno si, me encantan, pero no los obligare a quererme y menos mostrándoles mi cuerpo.
-Pues cada quien tiene su manera.-Me dijo riéndose. –Ahhhh y tenemos que aclarar algo, yo pido a Harry o a Zayn, me parecen los mas guapos.-Me dijo.
-Zayn tiene novia.-Le conteste.
-Eso no es seguro, bueno tú tendrás que decirme con cual me veo mejor.
-Si yo te diré, ahora date prisa que no quiero llegar tarde.
Hannah era muy diferente a mí, ella era muy superficial… Me dio risa que hablara de conquistar a los chicos como si ellos fueran blancos fáciles. No le di mucha importancia y solo le seguí el juego. Por fin termino de peinarse y salimos en busca del chofer que se ofreció a llevarnos. Ella traía un vestido amarillo sin mangas y con un diseño en forma de corazón que mostraba un poco sus pechos, el vestido era muy pegado y llevaba unos altos tacones, ella era bajita así que los necesitaba.
Hicimos 30 minutos en llegar a la ciudad y otros 30 en llegar al bar, el tráfico estaba muy pesado. Era viernes por la noche y todos querían tener una aventura. El lugar se veía increíble, había unas cuantas personas afuera del lugar esperando que les permitieran la entrada, pero esta noche el bar estaba más estricto que nunca, pocos sabían que adentro de él estaba la famosa banda One Direction. Si alguien lo publicaba en internet, en minutos ya habría muchas fans afuera del bar. Pensé.
Hannah mostro su credencial y como su nombre estaba en la lista nos dejaron pasar de inmediato, subimos unas escaleras y después había mas seguridad, simplemente sonreímos y nos dejaron pasar. Mis ojos estaban vueltos locos buscando a los chicos, mientras escuchaba decir a Hannah que me tranquilizara si no quería parecer una fan psicópata. Le hice caso, sus consejos habían sido de gran ayuda, pues ella sabía bien como manejarse en el mundo del espectáculo.
-Voy a ir por una bebida, ¿quieres algo? –me pregunto Hannah
-Si una piña colada, por favor.
Me dedique a observar el lugar, el piso era blanco y brillante, había diferentes tipos de salas por todos lados, había mucha gente pero no estaba completamente lleno, digamos que se podía caminar sin problema. En seguida los vi en una sala en la esquina del lugar cerca de una terraza, ahí estaban mis cinco chicos platicando y bebiendo. No la pensé dos veces y me fui con ellos.
-Hola, ¿me recuerdan?