Max.

4.9K 96 14
                                    

Escuché unos pasos detrás de mí y camine un poco más rápido, seguía escuchando los pasos. El corazón me latía con fuerza y el miedo me dominaba más y más. Escuché una voz, era la de un hombre. Esta vez corrí y corrí, pero mis piernas no me obedecían y grité con todas mis fuerzas.

***

-Cariño, es hora de levantarse- mi madre se encontraba en mi cama.

-Mamá, tuve esa pesadilla otra vez- dije llorando en su pecho.

-Es una pesadilla, cielo. Solo eso.- dijo acariciando mis cabellos como de costumbre.

Mi madre me dejó completamente sola en mi habitación. Me levanté y comencé a desnudarme, tenía que apurarme si quería llegar temprano al colegio y no volver a inventar un justificación como siempre lo hacía cada día. Entré en la ducha y sentí el agua fría recorrer mi cuerpo, comencé a enjabonarme mi cuerpo y perderme en esa paz por unos breves segundos; al salir noté en el espejo que era la misma de siempre, no había cambiado nada en mí, los mismos ojos, los mismos labios, el mismo cabello, el mismo cuerpo... seguía siendo la misma Blanca de siempre.

Bajé a desayunar, era una costumbre desayunar todos juntos en la mañana y a la hora de cenar. Papá estaba leyendo un periódico como todas las mañanas, mi hermano estaba hablando con la boca llena tan típico de él, mamá me servía mi desayuno y yo solo me disponía a comer. No me quedaba mucho tiempo antes que el autobús se detuviera para recogerme, comí lo más rápido que pude, me lavé los dientes y después de despedirme con un beso de mis padres, mi hermano y yo salimos a esperar nuestro transporte. Mi mirada se perdió unos segundos en un chico que jamás había visto por aquí, lucía un pantalón negro, una camiseta negra y era demasiado apuesto.

El autobús llegó a nuestro encuentro, subí y me dirigí hasta los últimos asientos donde siempre me sentaba. Mi paz no duró mucho al percatarme que mi hermano menor Steve estaba sentado a mi lado mientras me sonreía y yo pensaba mil y un formas de asesinarlo.

-¿Qué haces aquí?- pregunté enojada.

-Quería un tiempo de calidad con mi hermana favorita.

Coloqué los ojos en blanco, este chico no sabía mentir muy bien y sin que me diera tiempo para fulminarlo comenzó a hablar como canario.

-Me estaban molestando. Isaac no dejaba de decirme "bola de mocos".

-Steve, te he dicho incansables veces que esos chicos no son tus amigos, solo están contigo porque eres su blanco perfecto.- él asintió con la cabeza baja y no pude evitar darle un abrazo.

En todo el trayecto que faltaba para llegar al colegio, Steve y yo no nos dirigimos la palabra y me adentre en el maravilloso mundo de la música. El autobús se parquea en el estacionamiento y uno a uno los estudiantes bajan a regañadientes sabiendo que les espera un largo día de clases. Camino hacia mi aula escuchando "The wombats"; no hay mucha gente en el salón y voy al fondo de este donde siempre me siento a esperar a que el señor Bello inicie su clase.

La clase estaba muy aburrida como siempre lo ha sido desde que la recibo, solo escucho pequeños fragmentos que me parecen interesantes: "Historias... mitológicas... sirenas... hombres lobo...vampiros...". ¿Había dicho vampiros? Soy algo así como una "fan" de los vampiros y esto sí captó mi total atención: "Los vampiros eran criaturas que se alimenta de la esencia vital de otros seres vivos, primordialmente por medio de la sangre para así mantenerse vivos...". ¿Eran? Eso quiere decir que existían vampiros, ¿o no? Creo que estoy volviendome loca, los vampiros son leyendas urbanas para asustar a los pequeños... ellos nunca existieron.

***

Los ejercicios no se me dan muy bien, pero de vez en cuando me encanta caminar desde el colegio hasta mi casa y es por eso que ahora estoy sudando como si hubiera corrido un maratón y escuchando música. Al llegar a mi casa están por dar las dos, saludo a mi madre que está trapeando y ¿el holgazán de mi padre? Viendo televisión en el sofá y comiendo casi todo lo poco que hay en está casa. Colocó los ojos en blanco y subo a mi habitación, no quiero ver esta escena por otro segundo más. Tomo mi libro y comienzo a leerlo por donde lo dejé, Eleanor es una chica muy bella y no puedo creer como Park no pueda hacerle caso, harían una bella pareja y ojalá ellos dos queden juntos al final, me recuerda como el chico.... ¡El chico! ¿Será que está en el mismo lugar donde lo ví por última vez? Me asomo por la ventana y efectivamente está debajo de ese árbol viejo con la mirada fija. ¿Es buena idea presentarme? Mi cerebro dice "si" y mi cuerpo "no". 

Al final estoy bajando las escaleras muy nerviosa, aliso mi cabello con los dedos y sin decirle nada a mis padres salgo de mi casa y me cruzo la calle con el corazón en la boca. Me detengo frente a él y lo observo. Su cabello castaño oscuro es perfecto, su piel es demasiado pálida, puedo notar que hace un poco de ejercicio y antes de que mis pensamientos tomen otro rumbo, carraspeo.

-Hola... soy Blanca Suárez, vivo en la casa de enfrente y quería decirte... "Bienvenido".

-Max Velásquez. No soy nuevo aquí- dice fríamente.

-¿No? Jamás te había visto por aquí- siento que me ruborizo-. Disculpame.

-Mi abuelo solía venir aquí cuando era joven- y por primera vez me mira a los ojos, tiene unos ojos cafes preciosos- y desde que murió vengo aquí y siento que está junto a mi.

¡Su abuelo está muerto! A veces puedo ser tan entrometida, me golpeo mentalmente y sin decirle nada me alejo de ahí, no quiero que me digas más... ¿Y si su madre también está muerta? ¿Y si no tiene hogar? ¿Y si es un prófugo? No quiero saber más acerca de él, me cruzo la calle y después de verlo por última vez, me adentro en mi casa. Subo las escaleras, me encierro en mi habitación y casi de inmediato el sueño de apodera de mi.

Me encuentro en una iglesia, no hay nadie, está vacía. Salgo a la calle y está igual de desierta, no hay nadie por ningún lado y camino sin rumbo pero todos los caminos me llevan al mismo lugar... a la iglesia. Escucho unos pasos detrás de mí y camino más rápido, pero sin percatarme lo tengo de frente. ¿Es Max? Está decaído y más pálido de lo normal, me mira con ojos de deseo, como si fuera... comida. Su vista se detiene en mi cuello y de pronto dos afilados ¿colmillos? aparecen y se clavan en mi cuello al mismo tiempo que grito.

Me despierto empapada de sudor y con el corazón latiendo a mil por segundo, salgo de mi habitación al escuchar a mi madre anunciar la cena, me siento esperando la comida, pero no estoy precisamente ahí. Nunca antes había tenido un sueño similar a este, siempre sentía que alguien me seguía pero jamás le había visto el rostro hasta hoy. ¿El que siempre me seguía era Max? Y con esa duda rondando mi cabeza, comienzo a comer.

**************************************

¡HOLA! Chicos, se estarán preguntando porqué el primer capítulo está diferente, pero he decidido editar la historia un poco, la trama seguirá siendo la misma, pero con algunas cosas diferentes. No la quitaré, la dejaré para que ustedes esten al tanto. 

En multimedia está Abraham Mateo que hará de Max en esta obra (como antes se los había dicho). Espero les siga gustando y lo sigan añadiendo a su biblioteca y comentandolo a sus amigos para que ellos también la lean. Los amo con todo mi cora.

No olviden votar, comentar, seguirme, amarme. Muchos besos y abrazos.

Marcela :*

Este es mi secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora