Capitulo2 sueños, dulces tormentos

692 26 3
                                    

Oscuridad, no había nada no sentía nada, todo lo que me rodeaba era la nada que inundaba mi visión pero de entre toda aquella inexistencia una ruido aturdidor penetro mis oídos y una luz cegadora confundió mis sentidos permitiéndome ver.

La soledad en la habitación, las manchas carmesí que ensuciaban el pulcro azulejo blanco ¿había acabado ya el entrenamiento? No recordaba haber enfrentado a alguien, mucho menos haber matado, toda aquello me tenía confundida, tratando de ir hacia aquellas manchas logre percatarme que no podía moverme libremente, ¿desde cuándo estoy encadenada? ¿Aún no empieza?

Cada minuto que pasaba tenia más dudas que respuestas y cada segundo que trascurría las cosas se volvían más confusas, ¿en qué momento me pusieron en una camilla? ¿Por qué no comenzaban con el experimento? ¿Dónde estaba todo el mundo?

El silencio volvió a reinar en aquel lugar, aunque a lo lejos se podía escuchar una serie de pasos que poco a poco se acompañaban de unas voces.

-¿porque lo hiciste? ¿Porque nos dejaste morir?- melancolía y rencor se sentían en aquellos fuertes murmullos que cada vez se hacían más presentes, hasta tal punto de convertirse en gritos llenos de dolor y amargura.

- yo... yo no quise.- solté desesperada, tratando de dialogar con los dueños de aquellas voces.- no fue mi intención, perdónenme por favor... por favor.- comencé a suplicar

- es no basta...creí que buscaríamos una salida todos juntos, que no nos dejaríamos manipular... íbamos a ser una familia ¡NOS DEJASTE MORIR!

- paren por favor.- murmure débilmente.- ¡PAREN!

La oscuridad se hizo presente una vez más y entonces todo volvió a la normalidad, mi habitación, los libros... fue un sueño, solo un sueño me repetí una y otra vez, tratando de tranquilizarme, ¿por qué me engaño? No fue un sueño me siento culpable, y eso es lo que provoca el remordimiento que...ellos... fue mi culpa.

Pesadillas vienen cada noche angustiando mis sueños perturbando mi mente y arrancándome la tranquilidad... insomnio mi martirio cada noche ¿acaso nunca acabará?

•••••
Me encontraba en la estación del tren con mis audífonos puestos, era más temprano de lo usual pero era el primer día del segundo curso, no será malo llegar temprano. Justo en la entrada de el gran instituto me topé con Gakoshū Asano, hijo de aquel hombre de cabellos color fresa, quien por cierto era idéntico a la persona que tenia frente a mi, la  cual me esperaba felizmente con una notoria sonrisa en el rostro.
- te tardaste ángel.- me reclamo cuando llegue a su lado.
-¿no crees que será raro?.- le cuestione, provocando le una mueca de confusión 
- ¿que cosa?
- ya sabes... el año pasado tuvimos problemas por lo de "ángel"
- crees que debería dejar de hacerlo.- afirmó el peli-fresa.
- solo creo que será incómodo.
- bueno.- pensó el varón.- que te parece an-chan será menos incómodo y seguirá teniendo la esencia.
- ese me gusta.- reí mientras abrazaba a mi querido  primo.- gracias.
- todo con tal de que estés bien.- dijo mientras nos dirigíamos a la entrada del instituto.

Al final de las cuentas no todo había sido tan malo

A sweet cake (edición No.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora