Capitulo #35

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Arabella abrió sus párpados débilmente, aún se sentía cansada pero no era de cuerpo, se sentía cansada de sentimientos.

Se sentó en la cama mientras se abrazaba a sus piernas aún arropada con la sábana. Miró hacia su balcón cubrido por una gran cortina de tela fina casi transparente, verde y azul. Se podía ver al exterior y el día estaba tan apagado.

Mirábeliz estaba cubierto por muchas nubes grises. Tal vez llovería en unos minutos.

La princesa se sentía tan apagada como el día de hoy. Es como si el día reflejara sus sentimientos. Algo muy estúpido de creer.

Acurrucó su rostro en sus manos junto con sus rodillas y cerró sus ojos, entonces el fuerte olor de humedad inundó sus fosas nasales. Rápido y a lo lejos empezó a escucharse la lluvia y las primeras gotas empezaron a caer en una de sus pequeñas ventanas. Hasta qué la lluvia empezó a caer completamente.

Sacó su rostro y lo recostó en sus rodillas para ver la lluvia descendiendo. Respiró profundamente pero muy lento a la vez.

Se levantó lentamente hasta sentarse en el umbral de la cama y los mechones de su cabello cayeron en sus hombros. Estiró sus piernas y se levantó hasta caminar al umbral del balcón. Se recostó en este y sintió como el frío viento por la lluvia la abrazaba por completa.

Estiró su brazo hacia el exterior del umbral y sintió como las gotas abrazaban poco a poco su pálida y suave mano. Caminó hacia dentro de la habitación y caminó lentamente hacia el baño pensando en tantas cosas.

Llenó la tina de agua y tiró el jabón en esta, hasta que estaba completamente cubierta por la espuma blanca.

Se levantó y deslizó su camisón blanco por sus hombros hasta caer por sus caderas y terminar en el suelo. Se quitó su parte superior que tenía de ropa interior, ya que no tenía sujetador.

Se metió a la tina sintiendo como la tibia agua se apoderaba de su cuerpo. Recostó su cabeza en el umbral de esta y cerró sus ojos respirando profundamente. Entonces los recuerdos la invadieron pero lamentablemente fueron interrumpidos.

-¿En qué piensas?- preguntó Tandro con el semblante preocupado.

La princesa se sobresaltó y se incorporó en la tina. Su cuerpo desnudo no se veía ya que estaba cubierto por la blanca y brillosa espuma.

Dio un suspiro antes de responderle.

-En muchas cosas- sonrió débilmente.

Arabella no tenía vergüenza de mostrarse desnuda a su mejor amigo, en fin de cuentas el era su mejor amigo y nunca la miraría con otros ojos, además, era homosexual.

Tandro asintió comprendiendo mientras se sentaba en el umbral de la tina.

-¿Recuerdos eh?- habló pícaramente.

Arabella le miró sonrojada ya que el rubio la conocía bastante bien.

-Siempre eres tan así- sonrió la princesa acomodandose nuevamente en la tina mientras cerraba sus ojos.
-Sabes... quería contarte algo desde hace mucho tiempo- tartamudeó Tandro mientras entrelazaba ambas de sus manos y miraba a la princesa con nerviosismo.


La princesa aún con sus ojos cerrados, frunció sus seños y sonrió.

-¿Sobre qué?- preguntó.

Tandro respiró profundamente y los nervios empezaron a comer sus huesos.

-Hace dos semanas, me fui de fiesta con Tom y su esposa; Mérida. Ellos decían que yo estaba muy solo y que lo mejor sería buscarme una bella doncella- comenzó a hablar con nerviosismo.

Arabella abrió sus ojos y se incorporó en la tina para mirarle fijamente y confusamente a la vez.

-Acaso no eres...-

-Déjame terminar- la interrumpió.

La princesa sintió bastante curiosidad por lo que su amigo quería contarle pero a la misma vez sentía un poco de miedo.

-Te escucho- asintió la princesa.

-Ellos no sabían que yo era...- se rascó la cabeza con nerviosismo. -Tu sabes... que yo era homosexual- habló avergonzado.

Crónicas de Arabella (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora