Capitulo #20

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 Tina

-¡Arabella!- gritó el príncipe de los vampiros desesperado, más sin embargo no obtuvo respuesta.

El vampiro corrió desesperado por todo el bosque, buscando a la princesa.

En una roca ,que estaba frente a un hermoso lago había una nota llena de sangre.

"Yo solo seré el rey, nadie más lo será.

Drull."

Encima estaba la flor que el vampiro le había regalado a su bella amada.

El vampiro se revolcó su cabello en gesto de desesperación. Estaba muy preocupado y desesperado, la había perdido otra vez, se la habían llevado de sus brazos otra vez.

El vampiro gritó fuertemente mientras caía de rodillas al suelo.

-Aquí se la traemos su majestad- habló un chico encapuchado de rojo mientras le hacía una reverencia al cruel rey de los vampiros.

-Bien hecho, te daré tu recompensa más tarde- le sonrió el rey.

El joven después de hacer una segunda reverencia se marchó con una gran sonrisa maliciosa.

El rey se acercó a la bella chica que tenía enfrente. Con su dedo levantó su mentón, sus mejillas estaban sonrojadas de tanto sollozar.

El rey pudo distinguir que en sus ojos no había miedo si no repugnancia. El rey la abofeteó fuertemente, partiendole  

completamente la mandíbula.

La princesa le miró con mucho odio.

-A mi nadie me daña los planes estúpida- la abofeteó de nuevo.

-Eres un maldito... - la chica le escupió sangré en la cara.

El rey con una sonrisa sarcástica, se limpió la sangre como pudo. Entonces, la agarró fuertemente por la nuca.

-Escúchame bien estúpida, yo soy Drull, rey de los vampiros y de las especies actuales. A mi, nadie, pero escúchame bien- la sujetó más fuerte. -Nadie me quitará el puesto- la soltó y empezó a carcajear malvadamente.

La chica empezó a reírse, el rey, al escuchar su risita calló.

-¿Qué te causa gracia?- preguntó molesto.

-Que eres un maldito hijo de puta y todos acabarán tarde o temprano contigo- la princesa le sonrió.

-Veremos quien se ríe más cuando mate a la sirvienta de tu casa ¿Cómo se llama? O si, ya me acordé, Nana-

La princesa le miró aterrada, y sus ojos empezaron a criztalizarse.

-¿¡Qué le hicistes!?- preguntó llorando.

El rey sonrió triunfante.

-Oh vaya, creo que dí al punto débil- habló sonriendo.

El pequeño cuerpo de la princesa empezó a temblar de sobre manera y ella empezó a gritar.

La piel de la princesa comenzó a tornarse de un gris oscuro y sus ojos de un blanco completamente. Sus uñas se transformaron en garras y en sus dientes aparecieron cornillos. Su cabello cambio a un blanco completamente. De sus espaldas aparecieron unas enormes alas parecidas a las de un paloma, pero negras completamente. En su cuerpo aparecieron una llamas de fuego intensas. En su cabeza aparecieron dos pequeños cuernos y en su parte trasera salió una pequeña cola.

Crónicas de Arabella (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora