Sora nunca había realizado un viaje tan extenso y abrumador. Habían abordado un autobús turístico de casi cuatro horas desde la ciudad hasta las nevadas riberas de elevados montes.
El páramo le pareció descomunalmente álgido y fantasmagórico con sus árboles desnudos y grises ramas descarnadas y erizadas, su corteza terrestre desprovista de vida vegetal y su petrificado río, tan claro y límpido como espejo de cristal.Una nevisca empañaba las ventanillas del ómnibus hasta coparlo por completo por lo que ya no pudo apreciar el desangelado paisaje.
De la parada-donde la temperatura estaba casi bajo cero-subieron al teleférico que los llevó hacia la cumbre de una empinada montaña, el punto de partida para la odisea que recién empezaba.Sora se sorprendió al constatar lo alto que estaban y lo espacioso del lugar, sobretodo por el frío aliento del clima que le congelaba hasta la sangre.
—¡Uuuuuuuuhhhh...! ¡Qué frío hace!—exclamó con voz quejumbrosa abrazándose.
—Eso es bueno, así te acostumbrarás a lo que ya es parte del entrenamiento, hablo del frío claro está—dijo Leon de lo más parsimonioso como si la inclemente temperatura no le afectase en lo absoluto mientras atisbaba las lejanas cumbres del norte.
—¿Eh?—repuso consternada ante su anodina actitud.
"¿Es que acaso está hecho de concreto?" Pensó más absorta.
Era increíble el que nunca se quejara ni de la comida, ni del sueño, ni del clima ¡ni del cansancio! En efecto, Leon no era de este planeta.
—Empezaremos mañana—concluyó con solemnidad dando a demostrar que el viaje lo había agotado y no porque diese señales de ello sino porque Sora pudo advertirlo en sus ojos inopinadamente extenuados.
—Sí—asintió.
Se hospedaron en un chalet ubicado en el lugar-a Sora le sorprendió encontrar semejante lugar por aquellos lares tan gélidos-y ya en la habitación dejó a un lado sus cosas y se arrojó sobre la cama mientras apreciaba el inhóspito paisaje desde los cristales en donde invirtió horas y horas en sus profundas cavilaciones.
"Vaya... Al parecer las cosas no resultarán tan fáciles para mí de ahora en adelante, sólo hay que estar en mis yertos zapatos para saber lo que siento en este instante... Debo poner todo mi entusiasmo a este entrenamiento ya que el mismo es tan importante para todos nosotros. Toda la puesta en escena depende de mí y todas las expectativas también están sobre mis capacidades en estos instantes. Si pude superar lo de la técnica fantástica junto a la señorita Layla y deslumbrar con el joven Leon en la Técnica angelical, pues con más fe realizaré esta también".
Y con esos últimos pensamientos se entregó al sueño profundo.
La constelación de Sagitario está a punto de enfrentar uno de los mayores retos de su vida... Son múltiples los percances y obstáculos que se interpondrán en su camino por lo que no le será nada fácil vencerlos uno por uno...
Profetizó Fool en una de sus predicciones aludiendo al preludio en el cual estaba a punto de experimentar Sora en estos momentos... No tenía ni idea del agridulce presagio de lo que acontecería.
La mayoría de sus predicciones eran muy asertivas y marcaban un antes y un después la vida de Sora y la del resto del elenco kaleido a pesar de estar desposeídos del privilegio de poderlo ver.Sora daba vueltas de un lado a otro y tenía hecha la cama un revoltijo de sábanas y almohadas; apretaba a puro esfuerzo los ojos mientras era observada por las preocupadas pupilas de Leon desde un resquicio de la puerta.
"Sora debe de estar muy nerviosa... No sentirá lo mismo cuando comience el nuevo día".El clima en la ciudad no se asemejaba para nada con el de el otro extremo porque la nieve ya había hecho sus maletas para cederle el puesto a la cálida y sutil primavera que se apreciaba en las hojas tiernas de los árboles, el pavimento aseado y libre de escarcha, la radiación solar era exquisita. Las flores, las mariposas, la sonrisa halagüeña de los citadinos... Todo era totalmente distinto de las cumbres borrascosas donde se encontraba Sora.
De toda esa vibrante plenitud disfrutaban la señorita Layla y el joven Yuri sobre el puentecillo del Parque Central a las afueras del Escenario.
El sol vespertino se estaba poniendo y al riachuelo lo adornaban unas florecillas blancas que sacudían las rizadas melenas de los árboles que lo bordeaban.—Me pregunto cómo se encontrará Sora...—comentó de repente Layla mientras observaba las florecillas reposar sobre el agua.
—Estoy seguro de que muy bien, ella ha demostrado ser muy fuerte por lo que estoy convencido de que no hay obstáculo imposible para ella de rebasar—respondió Yuri arrojando una piedrecita que emitió un chasquido sobre la cara del río.
—Sólo espero...—suspiró con cierto halo de preocupación.
El joven Yuri adivinó su inquietud.
—Veo que aún no te convences...
Lo señorita Layla lo miró con cara de in fraganti.
—Es que las cosas no son tan fáciles como todos creen... Yo lo intenté una vez, quería sorprender a todos, era lo único que me importaba en ese momento pero no fue así...—cierra los ojos como amortiguando el dolor pasado- Aún tengo traumas, es algo que no todo ser humano estaría dispuesto a soportar sólo por orgullo-expresó con un semblante lleno de resentimiento como si ahora le molestase recordar el trágico suceso.
Yuri no emitió una opinión al respecto pero conocía el dolor por el que tuvo que soportar su amiga. Ambos eran los estelares de aquella obra en donde emplearía la técnica mas no pudo ser por cosas del destino.
—Si las palabras no son capaces de convencerte... Entonces los hechos lo harán—dijo lacónico a la par que esbozaba una sonrisa de confianza.
Esas palabras la silenciaron por unos breves instantes.
"Lo mejor será esperar".
A la mañana siguiente, una leve nevisca azotaba las cumbres de los alpes perpetuados por la escarcha. Nada tan significativo como para que Sora y el joven Leon se sumergieran en la desidia pues ya estaban desde muy temprano en el congelado páramo y sin tiempo que perder. Leon le explicaba paso por paso las proezas a realizar.
Nada que no fuese difícil para ella, pues hasta el momento había ejecutado cada uno de los ejercicios que le enseñaba su tutor y con cada movimiento debidamente domeñado se anotaba un punto a favor. No hubo ninguna desarticulación muscular, ningún desdoblés ni no voltereta alguna que no realizó con atención, tesón, firmeza y sentimiento ( este último como toque mágico-personal de su entrega al oficio).El entrenamiento lo llevaban a cabo sobre un trapecio volante, colocado entre una enorme fosa de hielo que separaba un extremo a otro de tierra. Debajo había un río del que no corría agua debido a la inclemencia del clima que terminó cristalizándolo hasta convertilo en una enorme costra de hielo. Como es razonable, se tomaron todas las medidas de seguridad extremas para evitar cualquier tipo de accidentes que generaran catástrofe alguna con una red elástica colocada en la boca de la fosa, de modo que formara un puente entre los laterales.
—¡Muy bien Sora, lo estás haciendo muy bien!—le gritaba Leon cuando ésta caía sobre la red tras realizar con éxito las piruetas marcadas.
Sora se sentía orgullosa de sus habilidades y de seguir así, cumpliría con su objetivo de hacer suya la técnica del viento.
"No era tan difícil después de todo" reafirmaba risueña en su fuero interno. Eso al parecer, era lo que se notaba a simple vista pero cuando avanzó de una voltereta simple a una más avanzada que requería de un fuerte nivel de atención, concentración y resistencia física ya no pensaba lo mismo.
Muchos de los saltos los hacía sola pero como el nivel fue en aumento, el joven Leon tuvo que participar en ellos ya que el protagónico debía realizarse entre ambos. [...]
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Kaleido Star: Nothing is impossible
FanficEl prestigioso Escenario Kaleido pondrá en escena su próximo espectáculo "El espíritu de las nieves" y todos sus organizadores desean que sea una de las mejores propuestas de todos los tiempos. Por ello es que le otorgan una vez más el papel estelar...