Al cabo de unas horas Sora fue recibida por todo el elenco del Escenario quienes le expresaron su alegría para con ella y llenándola de muchos abrazos.
—¡Sora!—gritó Mia quien corrió a abrazarla de un modo que su mejilla hacía fricción con la de ella.
Y no era para menos si por ella fue que Sora asumió tan complicado reto para hacerla merecedora de las ovaciones que se había ganado por su arduo trabajo.
—Amigos, yo también estoy feliz de verlos. No saben lo mucho que los extrañé.
—Sora...—la señorita Layla hizo presencia abriéndose paso ante la turba de amigos que tenía encima—. Sólo quiero...felicitarte por el logro que has traído no sólo para ti sino para todos nosotros. Confieso que tuve mis dudas al respecto, en especial sobre ti y en lo que realmente implicaba la técnica del viento y la verdad me alegra mucho haber estado equivocada...eres una verdadera estrella.
Sora sintió que perdía el aliento. No podía creer lo que escuchó de los labios de una leyenda del Escenario como lo era la señorita Layla; el que una trapecista de su talla le dijera ese tipo de cosas era como si estuviera recibiendo un premio muy valioso. No sabía siquiera qué responder.
—Señorita Layla, lo cierto es que yo...—y mientras Sora buscaba las palabras que expresaran su gratitud, de inmediato fue interrumpida por la misma al añadir:
—Descuida Sora...no hay más que decir, eres la verdadera estrella Kaleido, ese titulo tú misma te lo haz ganado.
Sora la miró subyugada ¿la engañaban sus oídos o su mente comenzaba a desvariar? ¡En lo absoluto! Lo que escuchaba era la pura realidad, más palpable que nunca. Por supuesto que no estaba delirando ni mucho menos soñando, estaba despierta y con los cinco sentidos atentos; la señorita Layla ya la había coronado y todos pudieron percibir aquel brillo cautivador en los ojos de Sora como quien recibe los méritos de la vida con cariño y amor.
—Muchas gracias—fue lo único que pudo decir.
—¡No tan rápido!—gritó Mei cayendo entre ambas de forma palurda y hosca como solía comportarse de vez en cuando al antojarse de interrumpir conversaciones ajenas o momentos agradables (como era el caso) en una nueva forma de intromisión de muy mal gusto.
—Oh Mei...¿Qué sucede ahora?—inquirió Sora sonriendo para tratar de ocultar una vez más el nerviosismo que ésta le provocaba con sus inquisiciones que no hacían más que intimidar a sus interlocutores.
—Sora Naegino...quiero decirte que...
Los demás compañeros-hasta la misma Layla-tragaron saliva, embaucados por el ambiente tan tenso que cubría la atmosfera. Esperaban que Mei no lo fuera a estropear todo.
—¡Te felicito por haber pasado el entrenamiento! Tal y como lo prometiste—soltó exultante cambiando su rostro malhumorado a uno más risueño.
—¡Oh Mei!...muchas gracias—repuso liberando un suspiro en conjunto con sus compañeros.
La señorita Layla se apartó de la multitud que avasallaba a Sora con discreción para dirigirse hacia el joven Leon quien desde hacía un buen rato permanecía como un simple espectador sin tener nada que aportar después de haber cumplido con una ardua labor.
—Leon...quiero felicitarte por el excelente trabajo que hiciste con Sora. Tenías razón cuando asegurabas que Sora lo lograría y ahora me siento como toda una villana pr no haber puesto fe ene ella y por no haberme fiado de ti...fue muy tonto de mi parte, en verdad les felicito.
El joven Leon la escuchó con profunda atención y luego de esbozar una sonrisa de orgullo le dijo con ligereza:
—Creo...que la prueba más difícil que Sora superó no fue la de dominar el entrenamiento sino de aquella que requería confiar en sí misma cuando a muchos le costó hacerlo por ella...no fue nada.
Con esa ingeniosa respuesta, la señorita Layla se quedó en seco, ya no tenía más que agregar y se marchó hacia su auto con otra nueva perspectiva de sí y hacia la "nueva estrella Kaleido" que ella misma coronó.
Seis de la tarde y el solsticio de invierno indicaba que el sol debía dejar libre el firmamento para que la oscuridad lo arropase con su manto y le decore con unas cuentas perlillas a las que la gente llamaba estrellas en caso de que la luna planease visitar el cielo terrestre y pasar la noche junto al planeta que se le asignó para que fuera su satélite. Por fortuna eso fue lo que hizo esa noche.
Aun a esas horas se podía ver en movimiento al staff dando los últimos toques para inaugurar la presentación y en ese ambiente de arduo tráfago estaban por igual cada uno de los miembros del elenco que participaría en la obra. Las horas y los segundos se estaban, inevitablemente agotando.
—¿Puedes creerlo, el que haya superado el entrenamiento?—le comentaba Sora a Fool mientras se peinaba el cabello en su habitación.
—Por supuesto que lo creo, sabemos que eres capaz de eso y mucho más—reviró sentado en la polvera de su dueña.
—Bueno, tú sabes de muchas cosas...de seguro para ti fue algo más que consabido.
—Digamos...—repuso haciéndose el dubitativo—. Aunque eso no quiere decir que tenga siempre la razón mas si tú eres la escogida es porque el mismo Escenario sabe lo que eres capaz de dar.
Con ese argumento Sora quedó convencida, al final, se lo decía el propio "Espíritu del Escenario".
—Muchas gracias Fool—sonrió y su amiguito asintió.
Mientras terminaba de alistarse, llamaron a su puerta: era Ken.
—Oh, discúlpame Sora ¿estás ocupada?—preguntó al verla con una toalla echada sobre el cuello.
—Para nada Ken, ya he acabado de acicalarme ¿deseas algo?
Ken se ruborizó repentinamente. No podía evitarlo, le pasaba cada que tenía a Sora justo al frente y cuando estaba a solas con ella. Lo que sentía hacia ella era algo muy fuerte, inclusive hasta para él pero Sora, debido a su carácter despistado no notó nada en lo absoluto y aguardó por la respuesta del mismo.
—Sólo...sólo quería decirte, no...más bien felicitarte por lo que haz logrado, siempre supe que lo harías...—expresó con las mejillas arreboladas y girando los dedos entre sí. Sora sonrió amablemente para su respuesta—. La verdad es que no pude acercarme cuando llegaste debido al tumulto que se armó pero de todos modos yo quería decírtelo personalmente, con más calma.
—Muchas gracias Ken, sé que particularmente tú nunca dejaste de creer en mí, nunca lo dudé.
Ken abrió en grande los ojos, no podía creer lo que Sora le estaba diciendo; palabras que le acariciaron el corazón y le hincharon el rostro como un jitomate.
—¡Te deseo lo mejor, mucha suerte!—exclamó agachando la cabeza continuamente. [...]
******
Hola, hola ¡Hola! Mucho tiempo si publicar ¿no? Pero saben perfectamente que siempre cumplo con lo prometido y aquí está. ¿Qué les pareció la bienvenida de Sora al Escenario después del entrenamiento? Me muero por saber sus opiniones no sin antes agradecer las que han dejado a través de estos días de ausencia y por eso ¡les adoro un montón! (ノ◕ヮ◕)ノ*:・゚✧
Gracias por el relevo que le han dado a este fic, confieso que jamás creí que tendría tanta aceptación pero como ven me alegra haberme equivocado. Recuerden que pueden compartir sus impresiones conmigo a través de mi twitter @lady_westenra
Besines
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Kaleido Star: Nothing is impossible
FanficEl prestigioso Escenario Kaleido pondrá en escena su próximo espectáculo "El espíritu de las nieves" y todos sus organizadores desean que sea una de las mejores propuestas de todos los tiempos. Por ello es que le otorgan una vez más el papel estelar...