DIA PERFECTO 42

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Todo continuaba igual, Omar y yo ya nunca hablábamos, Mauricio a pesar de que ya estaba aquí en Monterrey nunca me envió un mensaje sobre que había regresado.
Recibí un mensaje de Annilu, era una cadena de WhatsApp; casi nunca envío cadenas de WhatsApp, pero esta me pareció bonita e interesante así que empecé a recorrer todos los contactos que tenia en mi WhatsApp para ver a quien enviársela, llegue a la letra R y me detuve a observar un estado que me llamo la atención, en ese momento me olvide de la cadena que iba a enviar y empecé a revisar ese contacto, era el contacto de Ricardo, su estado decía "Me encantas" y como foto de perfil había un collage con fotos de él y de Ximena Perry; hace unos días no veía a Ximena y a Daniel juntos, admito que una felicidad invadió mi cuerpo instantáneamente, no porque quisiera regresar a intentar ser algo más con Daniel, sino que el prefirió a Perry en lugar de mi cuando sabia perfectamente lo que sentía hacia el, pero ahora al parecer Ximena y Ricardo eran novios o algo parecido.

07-05-2016

En la semana me habían dejado mucha tarea todos los profesores, estaba realmente estresada; pero finalmente era Sábado.
Termine toda mi tarea el viernes para tener libre el fin de semana.

Baje al comedor a desayunar, subí las escaleras hacia mi cuarto, encendí la lluvia artificial y comencé a ducharme, al salir tome mi bata; tenia el presentimiento de que vería a Eduardo Maldonado y además era programa especial; así que elegí usar un vestido color beige, unas zapatillas a tono y para combinar una cartera; peine mi cabello,y lo deje al natural ondulado.

Baje las escaleras y subí al auto de mi madre.

(...)

Llegamos a la iglesia, eran aproximadamente las 10:00am, la iglesia estaba saturada de personas, exploramos con la vista una banca vacia, pero divisamos a mi prima Emma con su hija, mi sobrina y mi tía política, ellas viven en la ciudad vecina, hace algunos días no las veía, caminamos hasta donde estaban ellas y finalmente nos sentamos en la segunda banca de enfrente.
Empecé a platicar con mi prima Emma, cuando voltee a ver el reloj, eran 11:10am dirigí mi vista a una de las puertas de los costados y divise a Eduardo Maldonado, abrí los ojos como platos ya que pensaba que llegaría un poco más tarde, mi prima lo noto pero no dijo nada.
Junto de el estaba la madre de Íngrid, se notaba que recién había llegado Eduardo, la iglesia estaba totalmente saturada, así que ya no había asientos disponibles, enseguida su mamá de Íngrid cargó una silla para llevarla hacia atrás dónde estaba él.
Empezaba el programa especial cuándo dirigí mi vista hacia el frente, siempre pasan al frente 2 personas para dirigir el programa y acompañar a la persona que expondrá el tema. Abrieron la puerta de al lado del púlpito y salió Íngrid Pereyra con una falda blanca, una remera negra y unas zapatillas negras con un peinado recogido. Transcurrió el programa hasta que en un momento el predicador invito a pasar al frente a todos aquellos que quisieran hacer un cambio en su vida, Íngrid instantáneamente comenzó a llorar y limpiar las lágrimas de sus ojos; al momento en que el predicador del tema dio la indicación de pasar al frente yo miré hacia atrás, iba caminando hacia enfrente Eduardo Maldonado yo estaba en la segunda banca del frente, así que solamente di un paso y ya estaba enfrente. Ingrid Pereyra bajó del púlpito hacia donde estábamos todos casi corriendo, ella nunca llora con los programas, sólo lo hacía para que fuera a consolarla Maldonado.

Mi mamá estaba en la banca de enfrente por lo que yo quedé junto de ella al dar el paso, pero cuando mi mamá diviso a Maldonado entre las personas, fue hacia él y le dio un abrazo yo para no desaprovechar la oportunidad fui detrás de ella e igual fui a abrazarlo, el me recibió con los brazos abiertos, lo abrace, pero este abrazo no fue como el primero, pude sentir su calor, el me apretó un poco y yo a el. Dejamos de abrazarnos y el predicador dio la indicación de arrodillarse para orar.
Nos arrodillamos, yo del lado derecho, Eduardo en medio y mi madre en el lado izquierdo, Íngrid estaba a unos 4 pasos de donde estábamos nosotros y ya no estaba llorando, se veía algo molesta.
Comenzó la oración, así que cerré mis ojos y sentí una mano tocando mi hombro derecho y moviendo sus dedos levemente de un lado a otro en forma de caricia, era Eduardo, me junte levemente más a el y lo abrace por la espalda con mi brazo izquierdo.
Mientras transcurría la oración comencé a derramar algunas lágrimas, ya que había tenido una semana muy desagradable, triste, estresante, etc. y sin embargo Dios me estaba regalando ese hermoso momento al lado de Eduardo, comencé a escuchar pequeños sollozos muy cerca de mi así que abrí mis ojos y me encontré con Maldonado derramando algunas lágrimas, incluso llorando se veía perfecto.
Terminamos de orar y el seco las lágrimas de sus ojos con sus manos.

*Pase a mi asiento y el al suyo*

Termino el programa especial, mi madre y yo nos dirigimos a la parte de atrás donde estaba la entrada principal; fuimos hacia Eduardo Maldonado a despedirnos, yo me puse al lado derecho de Eduardo, mi madre estaba enfrente de mi, él me miraba de arriba abajo pero no lo note.

-Estas más alta.- dijo Maldonado sorprendido

-Si, crece muy rápido.-dijo mi madre riéndose porque Eduardo pasaba su mano por encima de mi cabeza midiéndose conmigo

-Ahhh, ya veo porque, traes unas zapatillas mas altas.-dijo Eduardo mirando mis zapatillas

-Si.-dije riendo

-Aun así, todavía te falta mucho para alcanzarme.-dijo Eduardo con una sonrisa

Cuando terminamos de hablar mi madre se acerco a darle un abrazo de despedida a Eduardo y luego de eso le dio un corto beso en la mejilla; yo me acerque a el luego de que mi madre se apartó, y lo abrace, mi madre mientras reía un poco con el de algo que no escuche porque mi atención sólo estaba en ese abrazo, me aparte muy levemente de el para darle un beso en la mejilla pero el giro su cabeza hacia el lado derecho, instintivamente hice mi cabeza un poco hacia atrás ya que si no lo hacia muy seguramente nuestros labios se hubieran juntado y frente a nosotros estaba mi madre por lo que sería un momento incomodo, sin embargo pude respirar su aliento, ver más de cerca la hermosa sonrisa que se formó en sus labios; él regresó su cabeza y yo le pude dar un beso en la mejilla.

Me aparte de el y voltee a ver a mi madre, ella estaba de perfil por lo que no vio que por muy poco nos hubiéramos besado.

(...)

Por la tarde no fue ya que estaba muy cansado por algunos compromisos que algunos de allí le pidieron que ayudara.

Fue un día excelente, estaba realmente feliz por todo lo que había sucedido, esos pequeños y tal vez insignificantes momentos son los que realmente vale la pena luchar por ellos.


"EL MOMENTO MÁS OSCURO DE LA NOCHE, ES CUANDO ESTA POR AMANECER"

SENTIMIENTOS OCULTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora