AMOR

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Minho lo veía embelesado, acostados en la cama con el sol radiante traspasando las cortinas, dejando ver rayos de luz que iluminaban el rostro de Taemin .El cabello rubio destellando y esos labios grueso entreabiertos y brillosos, expectantes para ser besados. El dedo de Minho recorrió su mejilla, delineando la mandíbula perfecta. El cosquilleo que Taemin sentía hacia bombear más sangre a su corazón y este acelerase más rápido con cada caricia. El temblor de su cuerpo era incontrolable .Minho desabrochó el primer botón de su camisa y Taemin sonrió tímidamente, se sonrojó ante el roce de sus dedos. Botón tras botón fue una dulce tortura. Al llegar al botón del pantalón, Taemin ya no pudo más y le detuvo la mano. Lo miro a los ojos con miedo .Minho le dio esa sonrisa que dice "todo estará bien ". Taemin se tranquilizó y lo soltó, sonriendo tiernamente. La palma de Minho tocó cada centímetro de aquel pecho delgado pero fuerte, era una exquisitez tocarlo. La piel de Taemin reaccionaba ante el toque, erizando sus vellos y dando choques eléctricos a todo su ser. Miradas tiernas y palabras dulces, son como una canción cursi que ambos están creando. Taemin no puede creer que Minho esté ahí, con él. Es tan perfecto, no podía entender cómo es que había perdonado todo y lo veía con aquel amor tan profundo con el que lo miraba ahora. Su rostro angelical, su sonrisa perfecta y sus ojos grandes que expresaban tanto. Taemin soltó una pequeña lágrima, este momento lo estaba rebasando. No podía con ese cumulo de sentimientos que salían de su pecho . Todo era tan perfecto.

Minho lo beso, un beso dulce que sabía a nubes. Sus besos tranquilos y suaves. Sus bocas embonaban a la perfección. Eran dos partes de un rompecabezas que al unirse formaban un obra de arte. Las manos de Taemin se aferraban a la camisa de Minho y el moreno acariciaba el rostro del rubio con sus dedos pulgares. Minho se separó y vio fijamente a Taemin. Ambos apartados del mundo. Minho abrió la boca para decir algo. Quedo sorprendido con las palabras de Minho y sus lágrimas no tardaron en aparecer

-Te amo Taemin

Taemin lloraba desconsolado, sentado en la cama a la una de la mañana. Siempre era lo mismo desde hace un mes que había dejado a Minho. El mismo sueño recurrente, las mismas palabras. Se sentía tan real, y dolía como la mierda. El debería de estar contento, cumplió con su venganza, hizo lo que le dictaba su cerebro, su conciencia y aquellas voces que lo torturaban. Pero si había hecho bien en humillar a un puto de mierda, ¿Por qué se sentía así? , ¿Por qué le dolía tanto y ese vacío que conforme pasaba el tiempo crecía más y se hacía insoportable, no dejaba de atormentarlo?

Taemin no tenía idea de lo que estaba pasando con sus sentimientos o en su cabeza. Estaba enterado de todo lo que había acontecido al revelar aquel vídeo. Como Minho perdió su trabajo, como fue que busco por todos los hospitales de Seúl una vacante y en todas fue rechazado. Como fue que intento poner un consultorio propio, pero los permisos fueron negados. Todas las desgracias que estaba sufriendo Minho era por culpa de él, con la ayuda de su padre claro está. Pero se sentía mal, dolía saber que Minho estaba al borde de la desesperación, sin amigos, sin familia que lo pudiera ayudar.

También supo que regreso a su antiguo trabajo para poder comer y se odiaba más, pensar en que otras personas vieran a Minho semidesnudo, sudando y bailando eróticamente lo hacía sentir enfermo. Pero no de la manera que antes se sentía. Se moría de celos en pensar que podría encontrar a alguien y que se olvidara de él. Taemin también estaba consciente de que Minho lo odiaba pero prefería que tuviera ese sentimiento hacia él y no lo olvidara a que lo ignorara por completo.

La escuela era aburrida, como siempre o aún más. Termino su relación con Cristal y Kai vio la oportunidad para comprometerse con ella. Su padre estaba furioso por aquello ya que había perdido una de las mejores uniones con otra televisora más pequeña pero aun así muy importante.

La vida seguía para Taemin sin importarle mucho. No podía sacarse de la cabeza a Minho y seguía sus pasos. Las fotografías que le enviaba el investigador revelaban a un Minho más delgado, ojeroso y con un semblante poco atractivo. La mirada perdida, siendo muy torpe y siempre con miedo. Aquella persona que estaba en esas fotos no era la misma que conoció en la barra de aquel bar, no era ese joven fuerte, encantador y sobre todo seguro de sí mismo. Todo eso se había reducido a cenizas y ahora lo que quedaba era un Minho sin vida. Pero una foto de entre miles le llamo la atención .Minho estaba sonriendo, esa sonrisa perfecta que tiene y que abarca todo su rostro, le sonreía a una persona frente a él. Un chico de cabello castaño un poco largo, más bajo que él y con una espada ancha. No sabía quién era y el investigador no sabía nada de él. Cuando lo llamo lo único que le pudo decir, es que era extranjero y tenía muy poco en el país. Vivía en el piso de debajo de Minho y que era el dueño de una cafetería pequeña. Solo sabía que le decían Onew pero no su nombre real.

Taemin no podía estar más que desconcertado. Miles de fotos, miles de vídeos y de entre esas miles solo una foto lo hizo recordar como era antes. Aquel medico orgulloso y sonriente. Taemin lloro, recorto al tipo que le sonreía y abrazo la foto. Pidió perdón una y mil veces hasta llegar al cansancio y dormirse. Aquello que estaba viviendo no era vida para nadie y decidió verlo de nuevo.

El encuentro no había sido como Taemin esperaba. Minho lo miro, no directamente al rostro, pero no había odio o algún otro sentimiento. Solo había indiferencia. Y eso, eso mato a Taemin. Su cuerpo temblaba al igual que el de Minho pero por razones diferentes. Aún seguía más bajo que Minho y no es que Minho fuera a crecer más, pero había idealizado tanto aquel encuentro que al verlo pensaba que sería como antes, mucho más alto, con aquel porte que lo caracterizaba. Pero ahora se veía más bajo, apenas unos centímetros más alto que Taemin y no porque el creciera y el otro redujera su estatura, si no que por la forma en la que caminaba se veía más pequeño.

- ¿Qué quieres?

- Verte

- Ya lo hiciste , ahora por favor vete que llego tarde a mi trabajo

- Hoy no trabajas

- Sigues espiándome, no te basto con el daño anterior. ¿Todavía quieres hacer más?

- No, no es eso. Yo.... Yo quiero

- Está bien Taemin, no pasa nada. Todo está olvidado, lo único que quiero es estar en paz.

Y ahí lo dejo, en medio del pasillo. Sin gritos, sin odio, sin mirarlo a los ojos siquiera. Fue peor de como lo había pensado. Taemin pidiendo perdón y el perdonándolo y viviendo felices juntos. El otro panorama era que lo golpeaba y se dejaría hacerlo, gritos, llanto y no importaba que lo golpeara, solo el contacto físico lo ayudaría un poco, sentir de nuevo esas manos sobre él aunque fueran golpes. Sin embargo, no fue así. Fue más cruel y despiadado, porque había pasado a ser indiferente a no importarle en lo más mínimo y destrozo más a Taemin. Lo había perdonado y olvidado o en todo caso, ya no importaba que hacia Taemin. No importaba si le hacía más daño, no importaba si vivía o moría. Simplemente no importaba esa persona llamada Taemin.

Cayo de rodillas en aquel pasillo frió y solo. Se abrazó y los temblores de su cuerpo eran incontrolables, las voces se reían de él y entre ellas la de su padre. Ahora se había dado cuenta de lo que sentía por Minho ahora se daba cuenta que todo ese calor que lo recorría tan solo pensar en él, era amor creciendo en su cuerpo. Ahora se daba cuenta que no estaba enfermo y que todo aquello no era sucio, era amor entre dos personas .Lastimosamente ya no eran dos, ahora solo era una la que sentía aquello y eso lo estaba matando poco a poco. Ahora estar enamorado de un hombre lo hacía sentir vacío, porque ese hombre no estaba a su lado y jamás lo estaría después de las atrocidades que había cometido con él. 

El infierno en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora