*Imagen multimedia de damon*
Luego de largas conversaciones, cada nuevo detalle que conocía de damon lo hacía más encantador. Siempre me enviaba los "buenos días" y se despedia con un "buenas noches".
Fue graciosa la primera vez que dedicó su tiempo para hablarme, comenzó la conversación diciendo que tenia hambre.
-hola hermosa- texteó damon
Contesté enseguida -hola :)-
Con una pequeña sonrisa tonta que siempre me sacaba.
-te he comprado unos aretes- respondió
*Me sonroje* contestando-¿por qué lo has hecho? No era necesario nada de eso-.
Y es que apenas nos conocíamos, ¿será algún gesto de amabilidad? Pensé detenidamente. Aún no habiamos hablado frente a frente.
Era lunes en la mañana. Me había pedido que dejara la timidez a un lado. Entré nerviosa, roja como un tomate. Lo vi a lo lejos, sentí como mi corazón se paralizó, no lo sentía latir.
Subí las escaleras, pensé que se había ido. Iba desprevenida, tropecé con una persona la cuál evitó que pudiera caer. Al estabilizarme encontré su mirada sobre la mía. Mi cuerpo se estremeció en sus brazos. Estábamos tan cerca, sentía su respiración sobre mi cuello.
Me quedé sin aliento. Las miradas se centraron en nosotros. ¿cómo es posible ser tan torpe como yo lo fui en ese instante?. No pensé claramente con lo avergonzada que estaba, le agradecí. Huí sin pensarlo dos veces, damon me ha salvado de caer. No encontraba forma de volver a mirarlo. Mi corazón recuperó fuerza.
Llegué a mi casa, tenia un texto de damon.
Mi mente se bombardeó con pensamientos negativos. Finalmente decidí leerlo, el cual decía: -estabas más hermosa que nunca en el día de hoy-.
Recordé su mirada penetrante sobre los mios. Mi cuerpo se estremeció extrañamente. Era una sensación extraña sobre mi cuerpo.
