Han pasado días desde lo ocurrido con damon.-¿qué sucede conmigo?- me he preguntado una y otra vez. Él me había provocado y mi cuerpo reaccionó por si sólo.
-Debería salir a relajarme- dije en voz alta.
Abri la puerta, pensando en todo lo que había pasado desde el comienzo. Ahí estaba damon, frente a mi casa. Con una mano sobre su cabello, frotandolo ligeramente. Puso su mirada sobre mi, se arriba a abajo. Su mirada se detuvo en mis labios. Por un momento pensé "me besará". Mi respiración se aceleró. Colocó una mano sobre mi cuello y la otra sobre mis caderas, me acerco a su cálido cuerpo.
-¿Creíste que te besaría, tonta?- pregunto damon. Una sonrisa se plantó en su rostro.
-¡No!- dije furiosa
-tranquila topo, solo vine a decirte que quiero invitarte a comer, se que te encanta la comida, ¿quieres?-
-preferiría morirme de hambre- respondí seria.
Cada día se volvía más molesto e imprudente pero aun así me gustaba. Por lo menos mi orgullo no deja que caiga ante su encanto. Aún sigo preguntándome que demonios pasa conmigo.
Damon se dio la vuelta para irse. Se detuvo, me empujó hacia la pared y me susurró: "deja de contenerte y dí lo que sientes de una vez". -Tus ojos te delatan cariño- dijo en voz alta mientras se dirigía a su auto.
