Si no me ves llorar es solo que mi orgullo no me deja.

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Prov América (Alfred F. Jones)

-¡Gran trabajo el de hoy! -exclamé entusiasmado.

Era habitual de mi decir aquellas palabras a los empleados de la pequeña oficina que el presiente había puesto a mi cargo. Habíamos finalizado una jornada más de trabajo y las pocas personas que aún se encontraban en el lugar fueron desapareciendo poco a poco hasta por fin dejarme completamente solo, una de mis obligaciones era cerrar y abrir cada día las puertas de aquel lugar.

Esa era mi nueva rutina, llevaba alrededor de tres meses viviendo de esta manera, y si bien no era la mejor forma de pasar el día, me gustaba pensar que el trabajo me mantenía distraído de cualquier sentimiento innecesario.

Cundo el reloj marcó las diez y un cuarto comencé a afinar los últimos detalles para marcharme. Arregle algunos papales que se encontraban desordenados sobre mi escritorio, tome mi chaqueta y apague las luces.

Bajé por el elevador para finalmente colocar la alarma de la entrada principal. -0407 - dije en voz alta aquellos números, un pitido indicó que todo estaba en orden- Cuatro de Julio... vaya que no eres nada complicado, Alfred F. Jones- reí mientras decía aquellas palabras para mí mismo y emprendía el camino hacia mi apartamento.

Tras unos minutos de camino, el timbre de mi teléfono sonó.

-¿Aló? -conteste

-Al, ¿Cómo te encuentras? -dijo Mathew con su siempre apacible voz.

Mi hermano gemelo Mathew se había hecho cargo de mi hace algunos meses tras mi regreso de Suecia. Al volver caí en una gran depresión, no comía, no salía, ni siquiera asistía a las reuniones mundiales por temor a encontrarme con Inglaterra. El único que me ayudó en esos momentos fue Mat. Cuido de mí hasta el día en que fui capaz de levantarme del sofá de la habitación de huéspedes y me dirigí a hablar con mis jefes tras haber evitado sus llamadas por semanas, ellos me ofrecieron un empleo y un departamento. Después del regreso a mi "vida normal", si así se le podía llamar, Mathew realizaba una llamada cada día, si notaba alguna anomalía en mi voz extendía su numero a dos o tres. Hermanos menores, no sabía que fueran tan sobreprotectores.

-Me encuentro bien Mat, a decir verdad... no soy una persona que cambie mucho de ánimo en tan solo tres horas...-comente en un tono burlón

-Lo sé, sabe que me preocupo por ti Al.

-No tienes nada de qué preocuparte, estoy de maravilla, solo estoy algo cansado -bostece separando un poco el celular de mi boca- es viernes, ¿quieres salir? Muero de hambre.

-Me encantaría Al, pero Francis y yo tenemos planes de asistir al teatro, estaríamos felices de que nos acompañaras.

-Paso, no es mi estilo ir a un lugar para sentarme por horas y solo ver a personas moverse en un escenario que ni siquiera cambia o tiene efectos especiales de por medio, además... -pause un poco- Los enamorados necesitan su tiempo a solas -dije de manera picara

-N-no digas ese tipo de cosas, es vergonzoso -tartamudeo Mathew, ese tipo de comentarios lo ponían totalmente nervioso

-Es broma hermano -sonreí, amaba demasiado a ese chico- simplemente iré directo a casa y dormiré.

-Esta bien, solo recuerda que si necesitas algo no dudes en llamar -por alguna razón escuchar esa voz tan pacifica siempre me hacía sentir mejor. Era como regresar a nuestra infancia, cuando el cantaba para ambos y dormíamos juntos.

-Lo sé Mattie, diviértanse -colgué el teléfono.

Para cuando corte la llamada ya me encontraba a mitad de camino al apartamento. Estaba agotado, así que tomé un atajo que cruzaba por una zona repleta de centros nocturnos. Todas las personas a mi alrededor apestaban a alcohol y drogas, acelere mi paso. Camine más y más rápido pero al pasar cerca de un pequeño bar algo llamo mi atención, mejor dicho, alguien. Con las puertas entre cerradas pude ver un pequeño gorro que no era muy común en América, un pequeño hombre con tez blanca y ropas invernales que no concordaban con el clima caluroso y sofocante de la enorme ciudad. El chico se encontraban rodeados de mujeres hermosas mientras se le se notaba nervioso y algo alcoholizando. Me introduje en el local para ir en su rescate, como siempre siendo el héroe.

Esta Vez No digas Nada [SuFin] [UsUk] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora