Mirajane sentía haber desconfiado del rubio, se sentía una tonta por confiar en alguien que apenas conocía y no en un viejo amigo el cual solo buscaba protegerla y ahora no sabia como disculparse, decidió meterse a la ducha y así relajarse, el agua fria recorría su piel desnuda, cuando se sentía preocupada por algo, le gustaba ducharse con agua helada, eso la relajaba bastante y abría su mente para aclarar sus ideas.
—Debo disculparme. —Mirajane salio en dirección al gremio.
Poco antes de llegar al gremio, el rubio entró en su campo de visión, ambos al mirarse evitaron hacer contacto visual, por unos segundos el silencio fue incomodo, Mirajane quería arreglar las cosas, pero no sabia que decir, el rubio decidió hablar.
—¿Ahora vas a evitarme? —Sus ojos no se despegaban de la albina quien estaba nerviosa.
—No. No es eso, es solo que... Lo lamento, no debí desconfiar de ti y haber creído más en un sujeto que apenas conocía en lugar de alguien que me conoce desde la infancia, lo lamento.
—El rubio soltó un pequeño suspiro, no quitaba la vista de su compañera, sabia que no tenia la culpa, al fin de cuentas el mismo se comporto como un idiota. —No te preocupes, fue mi culpa por no intentar advertirte de una mejor manera y haber causado ese alboroto.
—Lo lamento. —La albina ahora miraba al rubios, sus ojos conectaron en ese momento, se detuvieron un instante sin despegar la mirada.
—Te dije que no te preocupes, ya no importa, me alegra que estés bien.
—¿Porque?
—¿Que cosa?
—¿Por que después de como te hable, me perdonas así de fácil?
—Muy simple... Te di motivos para desconfiar de mi, aparte no me puedo enojar contigo, después de todo lo que te he echó pasar, no me queda enojarme, además, que clase de idiota se enojaría con una mujer como tú.
—¿Una chica como yo? —Mirajane observaba curiosa al rubio quien parecía tener un leve sonrojo.
—Si, bueno... Ya sabes, no conozco a nadie que pueda enojarse con una chica hermosa, cariñosa, amable, trabajadora, lista y fuerte como tú.
—Laxus eso fue lindo de tu parte, gracias. —Una sonrisa enorme se dibujo en los labios de la albina además de un pequeño sonrojo.
—No le digas a nadie que te he dicho algo así y no hay nada que agradecer. —El rubio cruzo sus brazos y actuó como el chico rudo que siempre muestra ser.
—Laxus, ¿puedo preguntarte algo?
—¿Que cosa?
—¿Habrías actuado igual, si hubiera sido otra chica la que pasará por lo sucedido? —La mirada de la albina se volvió seria.
—Si, no podría dejar que alguien intentará hacerle daño a alguien del gremio. —Evadió la respuesta real.
—Pero ¿Hubieras actuado igual si la chica hubiera sido otra?
—Penso la respuesta y dudo unos segundos. —Tal ves si.
—Has dudado, y eso responde a mi pregunta, que lindo de tu parte. —Una sonrisa llena de picardía se dibujo en la albina quien miraba al rubio.
—Callate
—¿Sientes algo por mi?
—No. —Solto a secas.
—Ya veo, así que no sientes nada por...
Laxus no la dejo terminar ya que sintio como los labios de el rosaban los suyos, al principio solo se quedo quieta pero al pasar los segundos le siguio el beso, tal vez no fue de la manera mas romantica posible pero si fue tierno-
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Despues de separarse, ambos se miraron, una sonrisa se dibujo en ambos.
—¿Porque fue el beso? —Pregunto la albina con una sonrisa.
—No lo se, solo me dieron ganas de besarte, de besar a la mujer de la cual me enamore. —Finalmente lo dijo.
—Las mejillas de la albina ardieron, su rostro tenia el color de un tomate y los nervios se podían ver. —¿Que? ¿La mujer de la cual te enamoraste?
—Eres una mujer increíble, eres fuerte, inteligente, amable, servicial, tienes todo lo que alguien pueda desear, eres casi perfecta y cualquier hombre sería afortunado de estar a tu lado, pero te mereces algo mejor que yo, no soy la persona adecuada...
—haz demostrado ser la persona indicada, tal ves no lo has notado, pero te has vuelto una persona amable, te has vuelto un gran referente para el gremio, cuando hay problemas y los demás necesitan ayuda, estas ahí, apoyándolos, eres inteligente y cariñoso, conmigo siempre eres atento as demostrado ser la persona indicada, tal vez tu no lo notes, pero hace tiempo que te has vuelto atento y dulce conmigo, has demostrado que puedes hacerme feliz, eres un chico rudo y a la vez amable, has cambiado mucho, despues de todo lo que haz echo. Laxus te dire algo... yo no pensaba ser algo de Thiago nunca me paso por la mente, jamas hubiera sido algo de el ya que la persona de la cual estoy enamorada eres tu.
—Esas palabras calaron en el rubio quien miraba a Mirajane con sorpresa, primera ves que una chica lograba ponerle en ese estado, estaba nervioso, pero feliz. —¿Que has dicho?
—Que estoy enamorada de ti. —Mirajane le dedicaba una ronrisa.
—Bueno... En ese caso... Mirajane ¿Qusieras ser mi novia?
—Claro que si Laxus.
Se volvieron a fundir en un beso, más intenso, más apacionado que el anterior.
Un par de horas más tarde se encontraban en el gremio, los integrantes de este al verlos entrar guardaron silencio, el motivo de este era muy simple; Ver entrar a dos de los mejores magos de Fairy Tail tomados de la mano asombraba a los presentes, además las expreciones de alegría que mostraban los dos magos hacia más evidente la situación, al fin había pasado lo que muchos querían, el silencio no tardó en desaparecer, se formó un escandalo y los atacaron con preguntas, ellos las respondieron y les contaron todo, al final del día, el gremio estaba celebrando la unión de una nueva pareja.
