Prólogo

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Hace 1 año.

<<Dicen que el destino de algunas personas ya está escrito.>>

De aquella frase, la única palabra que escuché salir de la boca de mi profesor fue "destino". Ni siquiera sabía a quién estaba recitando, ni siquiera sabía en qué página estábamos.

Mis ojos se balancearon por toda el aula hasta que se pararon de golpe en la ventana. Me fijé en el grupo de niños de primer año que estaba haciendo un tour para ver las clases y las instalaciones del instituto. En todas sus caras se reflejaba la emoción por comenzar una nueva etapa de sus vidas. Pobres ilusos, no saben lo que les esperaba.

Mi vista subió hasta la estampa gris que amenazaba con cubrirnos. Vi como en el cielo, se empezaban a formar unas nubes. El día que había comenzado despejado, se iba tornando cada vez más gris. Era extraño. En días como estos me sentía como más triste, más cansada. Siempre pensaba que era debido al ambiente que había estos días de lluvia.

Miré de nuevo al libro intentando concentrarme, pero era imposible. Había algo que no me lo permitía, era como si un sentimiento no me dejase despreocuparme. En mi mente se empezaron a enfrentar varias sensaciones. Estaba pasando de nuevo.

– Alexis, ¿podrías hacer el favor de leer la página ciento sesenta y siete? –me ordenó mi profesor, educadamente.

Al oír la voz del profesor mi mente se despejó y me pude concentrar, sin embargo, no me libre de una leve descarga eléctrica que me recorrió todo el cuerpo.

Posé la vista en el libro, pasé un par de páginas hasta llegar a la indicada. Aclaré mi garganta y me dispuse a leer.

– Destino, más bien llamado suerte o azar, ¿por qué no me ayudas a poder ir por el buen camino?

Miré extrañada a la página, ¿no estábamos dando en pensamiento renacentista? ¿Qué narices hacíamos dando un tema del trimestre que viene?

Él cincuentón me volvió a hacer una seña para que prosiguiese la lectura.

– No hagas caso de aquellos que te quieren hundir. Haz caso de tus sentidos y tu corazón y busca tu propio final.

Parecía que el mismísimo destino me estaba intentando decir algo. No tenía sentido alguno que estuviésemos leyendo esto.

Un escalofrió recorrió mi espalda y de nuevo volvió a suceder, después de dos semanas sin sentirlo, había vuelto. La escena en mi clase se empezó a detener, hasta que parecía que el tiempo se había congelado. De repente empecé a sentirme triste, y era porque alguien en clase lo estaba. Miré hacia atrás del todo y vi a April secándose una lágrima lentamente.

¿Qué le pasaría?

De golpe, el tiempo se volvió a acelerar y al girarme, el Sr. Morrison me estaba mirando con mala cara.

(...)

1 año y tres meses después.

Me agarré como pude al lavabo. Las jaquecas y pinchazos en mi cabeza eran continuos, era un dolor insoportable. Sentí como unas gotas de sangre resbalaron desde mi nariz a mi labio superior.

– ¡Alexis tienes que aguantar! – él estaba ayudándome. Me sostenía de los brazos para que mi cuerpo no se cayese contra el frío suelo. Un gran dolor se extendió por todo mi cuerpo e hizo que todos mis huesos y músculos se estremeciesen. Aquella fue la vez que más fuerte había sido la sensación.

– Alexis ya no eres la de antes. Ahora eres fuerte. Tienes que aguantar.

Una paz mental llegó unos segundos más tarde. Al hacer contacto con su piel, sintiendo un calor agradable en mi interior. Era acogedor, como si supiese que estaba a salvo.

The Last Year || THM IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora