Cap. 4

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Salí del entrenamiento casi a las ocho de la noche, así que tuve que volver corriendo a mi casa para poder terminar todo lo que había dejado sin hacer a media tarde. Ahora tendría que hacerlo todo deprisa y seguramente me matase en la ducha por resbalarme con las prisas.

Eres estúpida Alexis.

Nada más entrar por la puerta saludé a mis padres, sin embargo, había visita y una que no conocía.

— Alexis ven, han venido los nuevos vecinos de visita — mi madre me indicó que pasase al salón a saludar y presentarme.

Había un hombre y tres chicos jóvenes junto con mi padre sentados hablando animadamente en los sillones de salón. Cuando me vieron entrar la conversación amainó y ellos tres me miraron.

— Hola, encantada. Soy Alexia, aunque la gente me suele llamar Alexis — dije de una manera breve intentando no sonar nerviosa.

Uno de los dos chicos me miro de arriba a abajo y asintió para sus adentros, el otro sin embargo me miro y simplemente sonrió. El chico de las gafas y el que parecía ser su padre hicieron un gesto con la mano en forma de saludo.

— Ellos son los Sheller, son los que han comprado la casa de la esquina — mi padre intentó hacer una pequeña presentación. Mis ojos se fueron fijando en cada uno de ellos, perfilando detalles, para concluir que no me daban buena espina.

— Hola Alexia, me llamo Michael y este es mi hijo Ethan — señaló al chico que sonrió — y estos son mis sobrinos, Luke y Steven.

Le miré con ojos retorcidos. Era un hombre adulto con un fuerte acento británico que podía hacerle pasar por un mafioso muy peligroso. Quizás rondaba los cuarenta o los treinta y muchos , pero me tiraba más la primera opción. Su pelo largo era de un marrón chocolate y sus ojos eran muy claros. Llevaba además una barba de unos cuantos días, haciéndole ver más mayor.

Mi madre trajo un par de cafés de la cocina y nos sentamos de nuevo a hablar todos un poco. De esa manera me fui fijando en cada uno de ellos un poco más. El que más me llamaba la atención era Luke, parecía saber lo que estaba pasando en mi salón y por la cara y los gestos que hacía.

Su cuerpo tenía la misma forma que un atleta de élite. Los ojos del chico también eran de un tono verdoso, al igual que los del mafioso inglés. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue el tatuaje de una flecha en el antebrazo derecho y que su camiseta negra estaba agujereada.

Los miré otra vez a los tres. Eran bastante altos, apostaría a que superan el metro ochenta y cinco. Luke y Ethan eran castaños, Steven era moreno. Los ojos de los tres eran claros, pero los ojos de Ethan eran azules y los de sus primos eran verdes. Todos iban con ropa simple como un pantalón negro y una camiseta básica.

El timbre de la puerta sonó deteniendo un momento la conversación. Mi madre me dijo que fuese a abrir yo la puerta. Nada más girar el pomo y ver quien se encontraba al otro lado de me heló la sangre.

— Tú, ¿que demonios haces aquí? — mis ojos se entrecerraron y le miraron fijamente. Era aquel chico de las gradas y del pasillo.

— Hola a ti también. — me dio un pequeño empujón y entró en mi casa como si fuese la suya. Me quedé perpleja unos segundos procesando lo que acababa de pasar y salí detrás de él.

— Por fin llegas hijo — dijo el señor Sheller aliviado cuando vio aparecer al chico por la puerta del salón. — Este es mi hijo James, siento que haya llegado tan tarde. Tiene cosas que hacer aún en el instituto ya que es nuevo.

El chico, o bueno, James, se presentó a mis padres educadamente y se sentó al lado de Ethan. Mi mente en ese momento colapsó. No entendía absolutamente nada.

The Last Year || THM IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora