Ian:
La puerta se abrió y dejo a la vista a una chica más hermosa de lo normal. Luna se veía maravillosa. Primera vez que la veía con vestido y Dios, no pienses Ian, no pienses.
-Estas muy linda- Le dije, mirándola de reojo, mientras manejaba por la interestatal.
-Gracias-Sonrió- También estas muy lindo.
-Si solo lo dice por ser amable, no lo digas- Le dije, sonriendo.
-¿Qué?- Me miro divertida- No lo digo por ser amable, estas muy lindo- Sonrió tierna.
-Está bien. Entonces gracias- Sonreí, no sé porque razón sentía 'mariposas' en mi estómago, Que marica, Ian- ¿Qué película quieres ver?
-No lo sé, no soy muy fanática del cine, elije tú- Me dijo.
-Bien, vamos a otro lugar- Dije, cruzando a la izquierda en una esquina.
-¿A dónde vamos?- Me pregunto.
-Tu espera- Sonreí.
Llegamos a mi restaurant favorito, es italiano, y muy hermoso. Ella estaba encantada.
-Es muy lindo- Dijo, mirando el alrededor.
-Lo es-Sonreí al verla-Solía venir mucho con mis padres.
-¿Dónde están ellos?- Preguntó, me puse tensó con la pregunta, no soy bueno para responder eso. Calma, calma.
-Están en Orange... Divorciándose- Dije cabizbajo.
-Oh, lo siento, no debí preguntar, soy una entrometida- Dijo.
-No te preocupes, está bien- Dije, calmándola
-Bien- Sonrió, Dios, su sonrisa.
-¿Vives con tus padres?-Le pregunte.
-Sí, vivo con ellos- Me dijo.
-Entonces eres una niña de mami y papi, ¿Eh?- Le dije alzando mis cejas juguetón, ella se rio.
-Digamos que sí, lo soy- Se encogió de hombros sonriendo.
-Qué bonita- Dije, apretando sus mejillas, ella se sonrojo.
-¿Tú con quien vives?- Me pregunto.
-Solo, hasta que mi mamá venga a vivir acá- Le dije.
-Niño de mami, entonces- Me dijo ella, levantando una ceja.
-Digamos que solo un poco- Me reí-Oye, te compre algo, lo había olvidado, ya regreso- Ella me miro confundida, yo me levante y fui a mi auto, de donde saque un ramo de tulipanes naranjas que le compre antes de pasar a buscarla. Cuando volví a adentro, ella estaba parada en el balcón, viendo el hermoso paisaje.- Toma- Le dije, ella volteo y me miro sorprendida.
-Oh, gracias- Sonrió tímida, y lo tomo. Volvimos a la mesa, y luego el mesonero llego a pedir las ordenes.
-¿Qué quieres, Luna?- Le pregunte.
-Pediré lo mismo que tú- Me dijo. Pedí para ambos blanquete a la ternera, y para beber vino blanco. Esperamos charlando.
-¿Qué es lo que más te gusta hacer?- Le pregunte.
-Uhmm, ¿Todo lo que me gusta hacer?-Me pregunto, colocando los codos en la mesa, y posando su barbilla en sus manos.
-SÍ, nena- Le dije, coqueto. Ella me miro unos segundos sonrojada, y luego dijo:
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Éste es el final.
Romansa"Para siempre, cariño", es una frase muy larga para decirla cuando estamos jóvenes, pero muy corta para decirla cuando estamos al lecho de la muerte. El punto es que todo el mundo sueña con un para siempre, un infinito, un final feliz; Ya sea un jov...