—¿Adónde vamos ahora? —inquirió Kendra sin detener la marcha, Theo no contestó, se limitó a tomarla por la muñeca y guiarla hacia una habitación.
El joven tomó el pomo y se adentró al cuarto llevando a Kendra consigo.
—Veamos si encuentro alguna linterna —susurró él mientras se agachaba con cuidado y buscaba a tientas en el suelo—. No, ninguna. Bueno, por lo menos no hay agujas —suspiró y se tendió en el piso. Kendra hizo lo mismo.
—¿Cómo conocías esta habitación? —preguntó ella.
—La última vez intenté memorizar los caminos que tomamos y además estar tanto tiempo a oscuras hace que mi vista se adapte un poco, fue suerte que sí estuviera una habitación aquí, como sospechaba —explicó.
—Es toda una suerte. Si nos mantenemos aquí, no nos pasará nada, fue una buena idea aliarme contigo —declaró la pelinegra.
—Lo mismo digo —asintió Theo.
Kendra sonrió.
—¿Una alianza? —cuestionó una voz a sus espaldas. Ellos se volvieron con rapidez, extrañamente la luz se encendió, permitiendo descubrir quien era el recién llegado. Probablemente Sádico las había encendido porque creía que las cosas serían más interesantes de ese modo.
—Caín... —pronunció Kendra. En efecto, el pequeño castaño estaba frente a ellos, en una de sus manos sostenía un cuchillo de caza, los miraba con desconfianza a la vez que caminaba de un lado a otro, logrando que Kendra y Theo se inquietaran.
—Así que formaron una alianza, ¿eh? —comenzó a juguetear con el punzante objeto sin apartar su frío mirar—. Me pregunto por qué —dejó de caminar y extendió una sonrisa cínica.
—¿D-dónde encontraste el cuchillo? —interrogó Theo con voz temblorosa.
—Escuché sobre la habitación de jeringas y me parecía lógico que hubieran más armas escondidas en estas habitaciones, solo bastó con buscar un poco. Pero dejemos eso de lado, lo importante aquí es el motivo de su alianza, no me hace falta preguntarles, ¿planean matarnos a todos? —Theo intentó defenderse, Caín lo hizo callar—. No hace falta ser un genio, ese es su objetivo, matar a Pandora, Liam y a mí para luego salir de aquí ingeniándoselas.
—Te equivocas —negó Theo, una vez hubo cobrado valor—. Lo que queremos es evitar que nos maten, solo eso.
—¿Y cómo lo conseguirán además de matándonos? No creo que sean tan estúpidos —los escrutó con repulsión.
—Buscaremos una manera —murmuró Kendra, la cual se ocultaba detrás de su aliado.
—¡Bien saben que no es posible! —rugió Caín, exaltado—. Seguro lo dicen ahora, pero no lo cumplirán —los amenazó con el cuchillo, a lo que ellos se limitaron a retroceder. Caín empujó a Theo con todas sus fuerzas, la diferencia de tamaño no se hizo entrever, la desesperación y miedo tomaron un papel importante en sus actos. Sujetó a Kendra por el brazo, arrastrándola junto con él y sostuvo el cuchillo con firmeza para después rodear el fino y pálido cuello de la chica con éste.
—Veamos, ¿qué piensas hacer ahora? —La más profunda y ardiente locura centellaba en sus ojos—. ¿Te molesta si yo me encargo de romper su alianza?
—Suéltala, por favor —pidió con sosiego, aunque en su interior se estaba gestando el recuerdo del mayor trauma de su vida, todo era tan similar, estaba empezando a ver el rostro de su hermana reemplazando el de Kendra. Ambas tenían la misma expresión suplicante combinada con esperanza, ambas creían firmemente que serían salvadas, a pesar que Theo se encontrara en desventaja. Sabía el fracaso que se avecinaba, su fracaso, ¿cómo podía verse envuelto en algo así de nuevo?
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Great Game
Mystery / ThrillerSiete chicos despertaron sin recordar cómo habían llegado a aquel lugar. No se conocían entre ellos y no tenían idea de quién los secuestró. Mucho menos el motivo. No fue muy satisfactorio que Sádico se presentara ante ellos para explicarles su sit...