6. Antes.

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—No puede ser, no de nuevo —sollozaba Theo, se había colocado en posición fetal, dándole la espalda al cadáver, tampoco ellos querían que todo eso continuase. Habían llegado a su límite, no más muertes, no más gritos, sangre, nada relacionado. Y aunque creyendo que era hipócrita viniendo de asesinos, simplemente... ya no más.

Pandora cerró los ojos con fuerza y salió de la habitación.

Liam se debatió entre acompañar al chico o ir tras ella, pero al recordar que él creía que asesinó a Kendra, solo se abriría paso a la muerte así que le rogó a la chica que lo esperara.

—¿Tienes un plan? —preguntó, mientras entraban en una habitación tenuemente iluminada.

—No, pero pensaré uno. Intentaré sacar tiempo de la manga, tiempo suficiente para resolver esta situación llena de enigmas, espero lograrlo antes de morir.

—¿Quién te asegura que no serás la sobreviviente aquí? —ladeó la cabeza, estaba ante Pandora Kana, una mercenaria, al parecer de alto nivel, de una mafia de la que había oído rumores. Rumores nada tranquilizadores sobre tráfico de armas, drogas, saldos de cuentas, entre otros actos deleznables. Si era débil no habría podido tener un lugar allí. Si soportó eso, sería capaz de resistir.

—¿Acaso no te has dado cuenta de lo estructurado que está esto? —el chico frunció el ceño—. Es decir, Sádico nos investigó a profundidad: personalidades, familia, hábitos, historial, todo. Planificó cada mínimo detalle, no me sorprendería que en base a eso hiciera cálculos respecto al orden de ejecuciones, causas y consecuencias en «el juego» —hizo un mohín—. Seguro nos eligió a sabiendas de quien nos asesinaría y si llegaríamos a matar. Me parece que todos moriremos, Sádico jamás dijo que dejaría salir al vencedor, ¿o sí?

—¿Entonces cuál es el propósito? —Liam se estremeció, lo que dijo era cierto.

—Créeme que si supiera, ya habría salido de aquí —A Pandora le surgió una idea, tal vez si descubría acerca del método de Sádico para elegirlos, desentrañaría la verdad. Era el paso anterior a saber dónde se encontraban cautivos, por qué razón estaban ahí y lo más importante quién era Sádico. También existía algo que la hacía dudar, se cuestionaba si habían más personas involucradas. ¿En verdad Sádico trabajaba solo?

—Ayúdame a pensar —pidió ella—. Veamos, además de que seamos asesinos, ¿en qué nos asemejamos? No pudimos ser seleccionados totalmente al azar.

—Hasta el momento solo nuestra edad y condición de asesinos nos relaciona. ¿Todos somos originarios de este país?

Pandora negó con la cabeza.

—Recuerdo haber escuchado que me recogieron de las calles de Grecia. Y Dimitri, según su nombre y apellido, era ruso —respondió, a lo que el chico asintió, entonces habían menos factores comunes.

—Tampoco la situación económica. Por mi parte vivía solo y cubría mis gastos, Theo era de familia acaudalada, Caín era un prófugo, imagino que vivía en las calles, Cristal parecía ser clase media, Dimitri estaba en un tutelar, mientras que Kendra y tú obtenían ingresos más clandestinamente —el joven la miró fijamente.

—No puedo negarlo —se encogió de hombros distraídamente—. No puedo pensar en nada que nos relacio... —Pandora calló bruscamente—. ¿Tú saliste en las noticias o apareciste en los medios de alguna manera? Me refiero a si eras conocido por tus actos.

—Más de lo que era apropiado —rió un poco—. Toda una sensación en foros, en internet en general. La gente tenía todo un alboroto respecto a Justice y sus seguidores.

Pandora no quiso preguntar, sabía acerca de Justice, era mucho más que un fenómeno de internet, lo último que recordaba sobre ella es que estaba en boca de todos, en cualquier medio de comunicación masivo la mencionaban, sus actos en nombre de «justicia» eran alabados e imitados alrededor de todo el mundo. Ahora todo encajaba, después de razonar todo encajaba.

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