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Ella estaba allí, siempre lo ha estado. Aunque eso me doliera y ella lo supiera, y eso es lo que no encaja en toda esta mierda. Porque ella no haría esto si es que en verdad fuera ella, lo sé. Su presencia me atormenta, pero la amo. Me gusta sentirla aunque sea en mi imaginación.
A veces cuando estaba en clases ella aparecía, estaba adelante de mí. Como siempre, como cuando ella estaba de verdad. Pero no era ella, solo era Sierra Rogers que meneaba su cabellera castaña por el calor.
O cuando los chicos y yo íbamos a Georgie's Pub y ella aparecía con sus ojos verdes y su larga melena tapándole los hombros. Pero yo sabía que esa no era ella, no completamente. Su sonrisa era falsa, solo el polvo que algo deja atrás para poder ser recordado.
-¿Estas bien? ¿Terrance qué sucede...?-
-Nada...-Le digo a Bell, sacudo la cabeza para darle énfasis a lo que digo. No funciona.- No sucede nada.
Ella pone los ojos en blanco, le da un sorbo a su café y parece meditar un rato.
-Es Joan, ¿no?- Dice después de tirar el vaso de su café al basurero.
Niego de nuevo.
-No la conocí mucho.- Dijo, se soba las manos en las piernas.- Pero la emoción del funeral me dice algo...
-Ella era tan...-
Se aclara la garganta.
-¿Cuánto hacia que llevaban de novios?- Pregunta, ríe por lo bajo.
-Nunca lo fuimos.- Bajo la vista a mis pies.- Ya, ya no quiero hablar.
-Pues debes.- Se aclaró la garganta.- Terrance todos estamos preocupados. ¿Por qué crees que vine? Te vi tan raro y callado en el funeral. Dios....eras como salido de un thriller psicológico. Mamá, bueno pues mamá te entiende porque ella. Ella paso esto con lo de papá y...
-Ya dije que no quiero...- Dije, me levanté para irme del parque pero ella me cogió del brazo y me hizo sentar.
-Parece que no.-Dijo, me miró a los ojos.- Pero yo sí, es por ti. No se lo digas a Kirk, pero te prefiero a ti entre los dos. Y a Lauren le caes muy bien.
Resoplé cansado, puse los brazos sobre el pecho y posé la mirada sobre la enorme pileta central del parque.
-Ella ya no está, Terrance.- Dijo, puso su mano en mi hombro lo que hizo que volteara a verla.- Pero tú sí. Mamá dice que estas como muerto. A principios de curso dijo que tú no salias, y que tus amigos venían pero tú los despachabas rápido.
-Quería estar solo.- Aclaré por si le quedaba la duda.
Ella negó con la cabeza, sacó su mano de mi hombro.
-Lo que pasa es que vas a tener que atestiguar.- Dijo.- Y no sabemos si estás preparado para contar todo lo que...
-Lo estoy.- Dije secamente, me levanté tan rápidamente que ella no me lo pudo impedir.- Todas las noches lo recuerdo en pesadillas.

Navidad es mañana en la noche. Antes, y me refiero a antes de la muerte de Joan, me gustaba más porque en esta época Bell y Dixie venían para las vacaciones y así pasaría tiempo con mis hermanas. Pero ahora detesto las fiestas que con lleven a tener visitas, que a su vez con lleven a tener preguntas y miradas incómodas.
Como lo que paso ahora con Bell, no sé si estoy listo. Aunque no creo que sea difícil, sueño con esa noche todas las noches. La sangre de Joan resbalando por las paredes...
A veces me encuentro tocando la cicatriz que está por mi costilla, es casi invisible como la que está en mi hombro. Me gusta pensar que es como un recuerdo de que pude sobrevivir a esa noche.
Mamá está allí, en la cocina. Apostada sobre el lavaplatos.
Un chirrido se le escapa al columpio, detengo el vuelo con el pie. Encuentro a mamá viéndome desde la cocina, bajo la vista. Últimamente siento que las miradas de mamá me queman.
-Está aquí.- Dijo una voz, levanto la vista para comprobar que es la de Thoper, Don camina a su costado.- Terrance.
-Ah, Hola.- Digo, emito una especie de risa que solo pasa como un chirrido parecido al que el columpio sabe dar.-¿Que hacen?
-Nada.- Dijo Don, me pasó un volante rojo y de inscripciones blancas.- Íbamos hacia el campo de la escuela, hoy hay partido...
-Ajá.- Dijo Thoper, hizo un gesto con la mano para que yo leyera el volante.- Y el equipo contrincante es el de tu vecino, Kõsaku.
Bajo la mirada por el volante. Dice que el partido, de asqueroso soccer, será a las dos y en el campo del colegio.
-Oye, esto no está con el colegio.- Digo, y es en serio porque en ninguna parte del volante se menciona al equipo del colegio.- ¿Usarán el campo del colegio sin permiso?
-Tal vez...- Dice Don, estira su grande mano y me quita el volante. Veo por un momento sus ojos cafés, el aparta la mirada.
-¿Quieres venir?- Me dice Thoper.- Tal vez vayan todos los de la clase.
Niego con la cabeza.
-No tengo ánimos para salir.- Digo con voz seca.- Y menos para soccer.
-¿Estas jodiéndote, Terrance?- Dice Thoper, cruza sus musculosos brazos por sobre su pecho.-Ya no quieres salir con nosotros nunca, ¿Qué demonios te sucede?
-Nada, solo...-
-¿Nada?- Dijo él, frunció su poblada ceja.- No me voy al puto partido sin ti, hermano...
-Déjalo, él no quiere ir.- Dice Don, pasa una mano por su negro cabello.
-No...-Dice Thoper. Yo no digo nada, solo me impulso en el columpio.- Vamos Terrance.
-No quiero.-
-Rayos, T.- Dice él.- A Joan no le hubiera gustado que te convirtieras en un huraño de mierda.
El nombre de Joan resuena por mi cabeza, como un puñete en el estómago. Planto un pie en el pasto y me levanto, con un chirrido, del asiento del columpio.
-Está bien.- Digo con una sonrisa fingida, pero más creíble de las que me da la falsa Joan.- Iré al puto partido.

La niña y su Destino (Ghost-it Vol.2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora