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Es genial, ¿sabes? Lo único que me regalaron por navidad son unos audífonos. Y bueno, está bien, no es tan malo pero ¿Quién regala en navidad unos audífonos? ¿Quién? O sea... están los Nintendos 3DS o los IPhone ¿pero unos audífonos?
En navidad Joan y su familia siempre me regalaban unos cinco videojuegos para computadora y eso estaba buenísimo pero no unos audífonos.
Como sea ya casi son las ocho de la noche y Ben aún no ha llegado, aunque no sé si eso sea bueno o malo ya qué no sería normal para nada que Ben sea puntual o haga algo con buena educación.
-Creo que no vendrán.- Dice Kirk, ríe un poco.- Te dejarán.
-Cállate, idiota.- Le digo.- No me hagas golpearte.
-Pff.- Dice él, se voltea y se va escaleras arriba.
Escucho el rugir de un motor desde la calle, abro la puerta y veo como el auto de Ben se estaciona justo frente a mi casa.
-Eh.-Dice él, le hace señas a Don para que me abra la puerta. Entro en el auto.
-Hola...- Digo, trato de no parecer incómodo.
-No lo creo, ya será la segunda vez que salgamos en meses con Terrance.- Dice Jeremy.- Como si a alguien se le hubiera ocurrido escribirlo.
-¿Eh?-Dice Don.- Okay
-¿Era un chiste?- Dice Jeremy, molesto porque nadie entendió su broma.
-Sí, claro.- Dice Ben.- Ahora, ¿Cuánto dinero traen?
-Muy poco.- Decimos todos al unísono.
Ben gruñe.-Entonces supongo que tendré que pagar yo, ¿no?
-Ajá.-
El camino a las afueras de la ciudad, en El Bosque Rojo, era de media hora así que Jeremy se pasó al asiento de copiloto para poder hablar con Ben.
Vi a Don agitar su cabeza mientras tarareaba una canción que no reconocí.
-¿Qué escuchas?-Le pregunté. Él se sacó el un auricular de la oreja, me lo pasó.
La canción que escuche fue una mezcla de alternativo con screamus o algo así. Lo siento, no sé reconocer géneros musicales.
-¿Qué te pareció?-
>>Un asco<<
-Pues cool.- Mentí, vi su sonrisa ensancharse cada vez más.- Es una canción curiosa
-Perfecta diría yo.- El ríe.
Asiento con la cabeza, por un momento nadie dice nada y evalúo la opción de voltearme hacia la ventana y ver el camino de árboles pasar pero siento como algo cálido se cierra sobre mi mano.
Cuando volteo a ver veo a Don con mi mano entre las suyas, mis mejillas se encienden.
-Estás helado-Dice él, me sonríe.
No digo nada, el deja mi mano en el asiento y me vuelve a sonreír.
Mis mejillas arden más y más, no sé lo que acababa de pasar. Bueno, sí sé, pero no puedo procesarlo
Iba a decir algo pero el auto se detiene y todos salen del auto rápidamente. El sonido de la música me llega a los oídos mientras las ventanas empiezan vibrar
-¿Piensas escuchar el concierto desde allí?-Me pregunta Don desde fuera, mis mejillas arden aún más.
-Adelántense.- Dice Ben cuando llegamos aún portón de madera tan gruesa como lo es un árbol de cien años.-Yo pago.
El lugar, detrás del portón era un hermoso patio trasero. Estaba rodeado de grandes árboles cubiertos por la nieve, en el centro había mesas gruesas y un biombo gigante de tela negra, del techo colgaba grandes picos de hielo. Atrás de toda la multitud y el biombo se encontraba una gran mansión de tres pisos, era de color blanco.
Nos sentamos en el suelo, Ben llegó unos minutos después con una cerveza para cada uno.
No sé cuánto tiempo había pasado pero me encontré saltando entre una multitud de personas, algunas eran de vestimenta negra y otros iban de mezclilla. Nuestras caras estaban rojas y se veía que Jeremy ya estaba bastante ebrio.
Lo llevé un rato fuera del tumulto para que descansara, él lo hizo sin chistar. Entonces sentí como si alfo saliera de mí, era como el vértigo pero mucho más rápido y este vino con una corriente eléctrica que me recorrió toda la columna.
-Terrance.- Volteé para ver quién era, no había nadie. En ese momento no me fijé como la música desapareció lentamente
-Terrance.- Era la misma voz, volví a voltear no había nadie.
-¡Terrance!-Un grito, ahora era un grito ensordecedor. Me tapé los oídos con las manos pero ese grito seguía martilleándome el cerebro.
-¿Qué?!-Grité.
-Aquí estoy.- Dijo la misma voz, y entonces ella estaba allí.
-Joan.- Dije, pareció casi un suspiro.
-Estoy aquí.- Ella rió.
-No, tu estas muerta.- Mis ojos me dolían de tanto abrirlos, era ella... los mismo ojos verdes y el cabello rojo
-No, Terrance.- Dijo entre risas.- Estoy viva
-Yo te vi.- Dije yo.- Yo vi como tu tío te disparó en la cabeza ¡estas muerta!
Y en su frente apareció en hoyo húmedo. Un líquido rojo y espeso brotó de allí. Era sangre que bajaba por su nariz hasta mezclarse con sus labios rojos. Un escalofrió me recorrió cuando su boca se frunció y luego se abrió para dejar escapar un grito.
-¡Tú me mataste!-Gritó, se lanzó sobre mí, rasguñándome los brazos.- ¡Tú y tu maldita familia!
La garganta se me cerró, no podía decir nada. El llanto me inundó estaba inmóvil, indefenso. Joan gritaba como loca se movía como un animal.
-¡Tú me mataste!-Gritaba, uno y otra vez.
Entonces cuando me iba a desmayar una luz nació de la nada, una estrella de seis puntas se vislumbró desde el cielo.
Joan se partió a la mitad, se agarró la cabeza mientras susurraba para ella misma.
Entonces una sonrisa nació de entre las sombras, la chica del puente me tendió la mano mientras Joan se disipaba en el aire como si fuera de humo
-Hola, Terrance.-

La niña y su Destino (Ghost-it Vol.2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora