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Me encontraba hablando con mi compañera que se encontraba detrás de mi, sobre el problema que nos habían puesto ese día en clase. Acostumbro a mover las manos mientras hablo, él paso por el lado derecho de mi fila, y sin querer di un golpe a lo que todos llamamos trasero. El volteo de golpe a verme con los ojos super abiertos, estaba sorprendido, no por lo que hice, sino por que lo hice frente a todo el salón, aun siendo un accidente. Me lleve la mano a mi boca como expresión de vergüenza aunque no hubiera dicho nada. Ni siquiera me voltee a ver la expresión de mi amiga ya que estaba lo suficientemente ocupada en mi acto embarazoso. 

''¡Discúlpame de verdad, no fue mi intención te lo juro'' Fue lo que dije. Por supuesto que no era mi intención hacerlo. No supe ni como paso y porque justo en ese momento, justamente cuando ÉL paso.

Dio pasos hacia atrás y contesto ''No te preocupes, de verdad ''. 

Jamas había estado tan muerta de la pena con el. Fue tan vergonzoso.

A la cuarta clase, entre al aula y me hablo. Enseguida pensé: Me dirá algo sobre lo que paso. 

Pero no. 

Dijo mi nombre en diminutivo seguido de preciosa hermosa de mi vida ¿me cuidarías mi teléfono? Es que lo voy a cargar.

¿Escuche bien? No, lo del teléfono no. ¿Preciosa hermosa de mi vida? Sabia que tenia pareja pero ¿cual era su motivo para llamarme así? Cuando lo dijo quede estupefacta. Pero asentí a los dos segundos en respuesta a que cuidaría su teléfono.

Independientemente de lo que haya pasado entre nosotros, no podía tratarlo mal, decirle que no cuando me pida algo. Hay que ser maduros y comportarse como se debe. Ademas, no me gusta ser rencorosa. Tenerle rencor a alguien es tener el alma envenenada. No puedes ser feliz teniéndole rencor a la gente. Hay que aprender a perdonar de vez en cuando. Perdonar es limpiar el alma.


Enamorada con derecho a roce.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora