Libertad | Secuela de Luz (Faberry)

Capítulo 2: Valiente

Capítulo 2: Valiente

Durante muchos años fue la típica niña que tenía miles de conocidos, porque amigos realmente creo que jamás los tuve, podía estar rodeada de personas, pero simplemente era como estar sola.

Después de mi secuestro entendí que había desperdiciado mi vida en banalidades que ninguna de esas personas que hacía llamar amigos se acordó de mi durante los seis años que estuve atrapada. Cada día me repetía que debía ser valiente, que debía dejar mi pasado atrás y quizás existían días en los que lo lograba, pero ahora simplemente quería seguir, quería avanzar y dejar que el pasado se quedara allí donde correspondía.

Mi confianza no era mi mayor fuerte pero aun así trataba de que eso mejorara, con Santana me sentía más confiada, con más fuerza y eso era una de las cosas que más me agradaba de ella. Habían pasado casi dos semanas desde que la había conocido y las cosas marchaban muy bien.

Eran casi las once de la mañana y yo estaba en la cafetería sentada disfrutando de un delicioso emparedado, como siempre llevaba los audífonos a todo volumen con mi música favorita y el nuevo libro que Rachel me había regalado.

-Llevo como media hora gritándote - escuche que me dijo y me retiro los audífonos

-Lo siento - sonreí algo apenada

-Como sea rubia - se rio - ¿Cómo estás?

-Bien tengo una hora libre así que quise comer algo.

-Muy bien - se sentó a mi lado y saco su computadora.

-Oye tu - se nos acercó un chico - eres Quinn ¿verdad?

-Si - dije algo nerviosa, el tono de su voz me daba escalofríos y realmente me incomodaba.

-La chica que violaron por seis años no es así - dijo mirándome con asco - lo sabía no sé cómo en esta universidad admiten a lacras como tú, de seguro te gustaba...

-Te vas ahora o yo misma te mato - se levantó Santana - escúchame niño si vas a seguir diciendo estupideces es mejor que te largues

-Es la verdad en el juicio el tipo admitió que estaban enamorados

-A ver niño idiota - camino hacia él y lo sujeto del cuello - si tú crees cada estupidez y tu pequeño cerebro no te deja pensar no es mi problema, lo que a mí me sorprende es que en esta universidad dejen entrar a cualquier imbécil y la chica que tanto asco te da es la mejor del salón y podría patearte el trasero cuando desee así que cuando salgamos de aquí y estés rogando porque ella te de trabajo te recordare este momento - yo solo miraba atónita lo que sucedía mientras santana soltaba al chico - ahora vete

-Hazle caso a la señorita idiota o yo no seré tan paciente - se acercó otro chico a ayudarnos toda la cafetería nos observaba, pero en lugar de juzgarme comenzaron a amenazar a aquel chico.

- ¿Estás bien? - me miro Santana bastante preocupada

-Gracias - fue lo único que pude decir y ella solo me abrazo.

-Soy Kevin un gusto - nos sonrió, era un chico alto de cabello castaño, ojos cafés oscuro - disculpa por eso algunas personas aquí son idiotas

-Está bien. Gracias por ayudarnos.

-Que pasen un buen día - nos dijo sonriendo y se alejó.

A pesar del mal momento comprendí que Santana era alguien en quien podía confiar, la verdad es que no le había dicho a nadie quien era realmente lo que asumía era que ya todos lo sabían así que no iba presentándome como Quinn Fabray encerrada por seis años, no eso no era lo que hacía, solo quería ser Quinn.