Diario de Maik

2008

El día de ayer fue el cumple de mi hijo, en su segundo año de vida, lo celebramos con nuestra familia y con algunos amigos del kinder, mi niño es muy inteligente y siempre se la pasa con su mejor amigo, es genial ver lo grande y maduro que está Maik porque a pesar de no buscarle tanto juego como el año pasado, cuando Jhon insiste; él juega como si volviera a ser un cachorrito, es sumamente adorable ver eso.

Entre ellos dos se ha formado un vínculo de unión muy fuerte, son hermanos, no lo dudo, y estoy seguro que a Maik lo encontramos para ser todavía más felices... es maravilloso.

Hace algunos meses me recuerdo que Maik me dejó la cocina vuelta un desastre, y no es para más, no le había dejado la comida servida a las cinco. Por motivos del trabajo me encontré muy ocupado así que me enojé un poco, pero luego me sorprendí mucho cuando fui a servirle la comida.

Su plato se encontraba lleno hasta rebosar de perrarina... y mi esposa no estaba ese día en casa porque algunos meses atrás se había ido de viaje a Chile para cerrar los negocios de la venta de una página web, ya que era programadora.

Me dirigí al patio a revisar el plato de Maik, que se encontraba comiendo en ese instante, y para mi asombro al lado del plato estaba mi hijo con una enorme cara de satisfacción viéndolo comer.

Luego tomé dirección a la cocina y para mayor sorpresa, me encuentro con la gaveta de los alimentos abierta, y justo debajo de la repisa que la sostiene, se hallaba la silla de plataformas colocada justamente al frente de la manera más exacta posible; reviso la gaveta y la perrarina nueva que había comprado ese día... se localizaba en el mismo sitio, pero ya con síntomas de haber sido usada...

—¡Que impresionante!—dije algo exaltado... luego equipare un rato y tomé un aire de ligereza, y volví a decir pensando en voz alta:

—Increíble... ¡mi hijo es un genio! y pues Maik... es el mejor amigo de un genio.