Otro año más. Y este quizás un poco agitado y cambiante.
También con los rumores de fin del mundo ha sido tiempo de cambios constantes para el hogar. Y para muestra de ello, nuestra casa, hace unos días la pintamos en su totalidad de color gris con verde manzana.
Ya que por estos seis años los estragos de mi hijo y Maik, arruinaron los mosaicos escarchados de color amarillo que teníamos. Y eso sin decir nada de las paredes que parecían cuadros abstractos de lo espantosos y agrietados que se encontraban.
Hoy en día todavía sigue siendo lo mismo de siempre. Aunque la diferencia es que mi hijo ya entró a la primaria, sabe hablar y escribir muy bien.
Es el mejor alumno de la clase según la profesora. Aún es igual de inseparable con Maik, incluso hubo un día que lo llevó al colegio conmigo de acompañante. Todo fue para mostrar en clases a Maik al frente de sus compañeros en una actividad que la maestra asignó llamada: "Trae a tu mejor amigo y preséntalo".
Mientras los demás niños llevaban a sus papás, o hermanos hasta incluso primos. Mi hijo como siempre tan diferente, llevo a Maik por delante de mi y de Lily.
Hasta inclusive antes de su gran amigo Carlitos, que se sintió celoso de que Maik fuera el escogido de esa exposición y no él. No podía evitar soltar risas al verlo tan enojado al Carlitos.
Y de último, en este año lo más positivo fue esta navidad. Celebramos juntos una hermosa nochebuena.
Cuando todos estábamos al lado del arbolito de navidad, le di un regalo a Maik. Y él, lo abrió como si tuviera la misma edad de Jhon. Su regalo fue un gran hueso de juguete, que lo dañó casi en su mayoría a las tres semanas después.
Pero lo disfrutó como si hubiera sido el mejor regalo de toda la historia. Fue una linda navidad en familia, gracias a Dios.

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Diario de Maik
Short Story¿Qué sucedería si te encuentras a un cachorrito abandonado en una canasta justo antes de irte para tu casa? Todos los derechos reservados. ©