Un pequeño regalo

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Miles estaba durmiendo en el establo de la familia Alandry, la paja era incluso más cómoda que los catres del ejército.

A pesar del olor a vaca y pollos, era más agradable que su sucia tienda.

Estaba tan perdido en sus sueños, que no escucho el auto detenerse frente a la casa.

Pero si se dio cuenta de los gritos de la familia, por lo cual se levantó de golpe y tomo su arma.

Con mucho cuidado se acercó a la casa, mirando desde la ventana como unos sujetos tenían a toda la familia sometida en la sala.

Desde su posición tenía la perfecta mira del sujeto de pelo negro, así que apunto directo a su nuca.

Entonces lo golpearon, haciendo que perdiera el aliento.

El sujeto desaliñado y extraño lo cargo con una facilidad increíble.

Lo llevo a dentro de la casa y lo dejo sobre la mesa.

-buen trabajo Frank...-

-será mejor apresurarnos a volver, Chris espera ansioso su regalo...-

Ambos hombres rieron, mientras Frank terminaba de "envolver" a Miles.

Lo subieron a un auto y lo siguiente que Miles supo es que ya se encontraba frente a un edificio en medio de la nada.

-bienvenido a casa Little pig...-

Los tres entraron al edificio, dejando por un momento solo a Miles en lo que parecía ser el recibidor.

Pronto escucho unos pesados pasos, y por la puerta principal apareció un enorme y monstruoso hombre.

No tenía nariz, y sus pupilas eran tan claras que casi parecía que no tenían, además de las cadenas que "decoraban" sus muñecas y tobillos, lo hacían ver muy intimidante, y lo peor de todo era esa sonrisa eterna a la que parecía ser sometido por aquel aparato que jalaba su boca, que carecía de labios.

-Little pig...-

-qué diablos...-

Aquel sujeto lo levanto del piso y lo aplasto con un apretado abrazo.

-oye grandulón bájame ya....suéltame...-

Otro hombre entro por la puerta, Miles le reconoció como el sujeto al que iba a disparar anteriormente.

-vaya Chris te gusto tu regalo...-

-Eddie....este es mi Little pig...-

-si Chris, él es tuyo...-

El gigante soltó a Miles, para poder abrazar al tal Eddie...

-qué diablos....-

-Chris déjame un momento a solas con él, debo explicarle algunas reglas...-

Este solo asintió y se marchó.

-así que eres el amigo de mi Waylon...-

-tú...eres el maldito que...-

Una fuerte bofetada dejo callado a Miles.

-será mejor que cuides tus modales mientras estés en mi casa....-

-que quieren de mí...-

-serás la pareja de mi pequeño Chris, seguro que entiendes eso verdad...-

-estas enfermo...-

-quizás, pero sería mejor para ti obedecer y comportarte...-

-o si no...-

El sujeto sonrió con burla, antes de dar la vuelta.

Otro hombre entro entonces, era el desaliñado que le noqueo antes.

-vaya que Eddie se emocionó...-

El tipo coloco un trapo frio contra su mejilla lastimada.

-qué diablos significa todo esto...-

-mira mi amigo, no hay mucho que pueda explicarte...eres algo así como un prisionero, la mascota de Chris...pero no todo es malo, si aprendes a comportarte el....-

-de verdad crees que...-

-no la tomes conmigo vale, solo soy el mensajero....escucha tu estas aquí por el rubio...Waylon verdad...-

-Waylon está aquí....-

-sí, y podrás verlo si aprendes a comportarte....solo dile a Chris que lo quieres y evita gritar cuando lo veas....tal vez te dejen así juntarte con Waylon pronto...-

-lo crees...-

-de otra forma te mataran y...bueno no queremos eso o si...-

Miles lo pensó muy bien, todo lo que este psicópata decía era cierto...

-bien....cuál es tu idea...-

Frank sonrió, Richard tenía razón en algo...

Cuando usaba buenos argumentos con otros, estos hacían siempre lo que quería.

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Entre la Guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora