Pastillas para no soñar...

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Jodida la hora en que se descuido...

Sabía perfectamente que Miles no dejaría en paz el tema de Waylon, sin importar lo que le ordenaran.

Por eso lo había mantenido vigilado durante las últimas semanas, sabía que en cualquier momento escarpia y desacataría su autoridad.

Esperaba atraparlo saliendo durante la noche de su tienda, o de las duchas...quizás a la hora del almuerzo...

Todo menos...

Que drogara a sus compañeros de tienda, y al mismísimo Jeremy Blaire...

Debió haber revisado su catre y sus pertenencias...

Fue demasiado confiado, sobre todo cuando el moreno se ofreció a traer la comida del grupo...

Es verdad que mando a otros dos a seguirle....así que no tenía ni idea de cuándo añadió las pastillas para dormir dentro del potaje...

Lo único que supo es que tenía demasiado sueño, y que Miles robo su rifle para salir corriendo....

Esperaba ahora que le metieran un tiro en el trasero por no saber esperar...

Irían por Waylon en cuanto averiguaran su ubicación, solo era cuestión de unos pocos días a que alguno de sus hombres diera con los alemanes.

Pero el bastardo de Upshur no podía ser paciente...

Y ahora seguro que estaría perdido y herido.

Por lo cual ahora no tenia que rescatar solo a uno, si no a dos novatos....

Y con Waylon ya era suficiente la preocupación...

Llevaba incluso noches enteras sin dormir, solo imaginando lo que el pobre rubio podría estar pasando...

Maldición...qué diablos tenia Waylon Park que no podía dejar de pensar en el...

Desde que le vio por primera vez el rubio se convirtió en una especie de prioridad.

Siempre quería saber que hacía o si necesitaba algo.

Sus necesidades básicas eran parte del trabajo de Jeremy, teniendo que asegurarse que comiera bien y durmiera lo suficiente.

Aunque el propio Blaire no lo hiciera.

Todo desde la llegada del rubio enfermero, era como un sueño para Jeremy.

Incluso había soñado con una de esas viejas películas blanco y negro, donde el soldado y la enfermera se enamoraban.

Cuando la vio hace unos años pensó que era una reverenda mierda, pero ahora...

Imaginar a Waylon vestido como su enfermera personal, atendiendo sus heridas...

Joder que se sentía como un maldito enfermo...

El era un soldado entrenado y capacitado, y estaba dejando que aquel joven interviniera en su trabajo.

Pero tampoco es que le importara mucho.

El ya tenía un plan, y ningún alemán...o los estúpidos planes de Miles, interferirían en que él se quedara con Waylon.

Apenas terminara esta maldita guerra lo llevaría de regreso a América.

Seguro que con su plan de jubilación podría ofrecerle una linda casa a Waylon, junto al mar...

Le pediría matrimonio, y podrían traer a la familia del rubio a vivir con ellos.

No es que él fuera un hombre romántico ni nada de eso...

Pero algo en Waylon le hacía querer serlo.

Y si era por el todos los sacrificios valdrían la pena.

Incluso el arriesgarse ahora a perseguir el solo a Upshur, y junto a él rescatar a Waylon Park...

El plan era descabellado...

Pero todo en su mente esos días también lo era, así que porque no valdría la pena intentar esa estupidez solo por esta vez...

Después de todo...que podría salir mal....

Entre la Guerra y el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora