Reconciliación

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Pasaban las horas... el grito de Hiyori iba decreciendo de a poco, convirtiéndose solo en lágrimas al cabo de unos segundos, mientras apretaba con fuerza sus ojos y dientes, a la vez que se aferraba a mi camisa... como si su vida dependiera de ello.

Eran las ocho de la tarde para ese entonces, a la vez que las lágrimas brotaban de una manera más lenta en la Zoroark, mientras aún mantenía sus ojos cerrados, con la misma postura.

No quería separarse de mí, nunca antes se había expresado de esa manera con otra persona aparte de Hisame o sus padres, y el simple hecho de soltarme, le devolvería esa soledad tan poco deseada por ella...

Era la única oportunidad que tenía para compartir su dolor...

El silencio era interrumpido por las fuertes brisas que recorrían el bosque, mientras que la temperatura disminuía por cada segundo que pasaba.

En aquel momento Hiyori tenía la mitad de su cuerpo aún en el pequeño hueco que estaba debajo del árbol, mientras que la otra mitad me abrazaba, a la vez que yo estaba sentado en la fría nieve, consolándola...

Ya sabía que era momento de terminar con ello, pero no quería separarme de la Zoroark... yo, al igual que ella, estaba bastante destrozado por toda la pena que había en su corazón, al haberlo sentido de igual manera luego de conectar su aura con la mía.

Claro, no fue una fusión como fue en el caso de Takeru conmigo, ni siquiera podía hacer eso, simplemente mi aura estuvo en contacto con la suya, logrando gracias a ello el poder sentir sus emociones.

El tiempo pasaba y sabía que ya no podía seguir en ese lugar, pero tampoco quería dejar a Hiyori así que, exaltándola bastante, la saco del hueco en donde estaba para luego subirla a mis brazos.

Hiyori se sorprendió bastante de mi actitud, pero solo se dejó estar, cómoda en mis brazos mientras apoyaba su rostro en mi hombro, aún buscando esa protección de mi parte, a la vez que yo comenzaba a caminar lentamente hacia mi hogar.

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Mis pisadas en la nieve eran el único sonido que se escuchaba alrededor, además de la brisa que se hacía presente en ciertos momentos.

—"¿Por qué lo haces?"— dijo débilmente en un gruñido Hiyori, mientras aún tenía su mejilla apoyada en mi hombro, pero ahora dejando ver sus grandes ojos azules, observándome con duda en ellos—"Después de todo lo que intenté hacer... aún buscas ayudarme, ¿Por qué?"— preguntó nuevamente, mientras que yo aún mantenía la mirada fija en el camino, pero escuchando de igual manera lo que me decía la Zoroark.

—¿Por qué lo hiciste?— pregunté totalmente serio, sin querer responder a esa pregunta hasta que ella respondiera la que yo le había hecho— ¿Por qué intentaste lastimarlos?— pregunté refiriéndome a Takeru y Hanako, junto con Haruko.

—"Ya deberías saberlo... ¿No que podías ver los recuerdos?"— preguntó extrañada la Zoroark.

—Solo adopté los sentimientos de tu aura; no quería seguir inmiscuyéndome en tu vida... no lo encuentro correcto— sentencié mientras que Hiyori comprendía.

—"Ryuji me dijo... que si acababa con la vida de al menos uno de tu familia... soltaría a Yoshiro"— sentenció Hiyori un poco triste, mientras que de a poco todos los puntos comenzaban a conectarse en mi cabeza.

Ryuji nunca tuvo planes de liberar a esos pokémon, solo buscaba una forma de activar el dispositivo que en ese entonces estaba en nuestros corazones, usando a Hiyori para eso. Y el infeliz puso esa carta en aquel libro solo para esperar que la desesperación fuera mayor en mí.

Lazos de aura 2: Aura florecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora